Chihuahua, México.
El alcalde que combatió a las armas con la educación
El Ayuntamiento de Chihuahua culmina la primera fase de un programa pionero, único en el mundo, para combatir la violencia con la entrega de 7.000 laptops entre niños de barrios marginales de la ciudad
![[Img #25845]](upload/img/periodico/img_25845.jpg)
Como Alcalde de Chihuahua, la capital de uno de los estados más azotados por la violencia del narcotráfico en México, Marco Adán Quezada Martínez ha tenido días buenos y malos, el que vivió el domingo 22 de septiembre es uno de los buenos.
Coincidiendo con el final de su mandato, que en los ayuntamiento mexicanos tienen una duración de tan solo tres años, entregaba 7 mil ordenadores portátiles dentro de un programa conocido como Sumar Nos Conecta, con el que ha llevado laptops e internet gratuito a las colonias (barrios) más desfavorecidas, en las que la pobreza, la inseguridad y la violencia eran una constante cotidiana.
Este joven abogado llegó a la alcaldía de Chihuahua como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y se encontró un paisaje desolador en las calles de la capital del estado. México vivía los últimos años del gobierno de Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), quien aplicó la controvertida estrategia de confrontación frontal contra el narcotráfico, sacando al Ejército Mexicano y a la Policía Federal a las calles, que se encontraban en estado de sitio continuo y obligaba a la población a convivir con la muerte, las armas y el miedo.
Desde 2009 la capital del estado vivía una escalada de violencia que llenaba las calles de muertos de ambos bandos, víctimas inocentes, viudas y huérfanos, en octubre de 2010 Marco Quezada heredaba una ciudad sombría, con miedo y sin esperanzas.
A diferencia de sus antecesores, optó por un giro drástico en las políticas públicas, para atacar el problema de la violencia desde la raíz, combatiendo el sonido de las armas con cuatro pilares fundamentales, deporte, cultura, salud y tecnología.
Los gobernantes en todo el mundo acostumbran a construir sus obras más emblemáticas en las zonas céntricas de las ciudades, en lugares donde puedan ser admiradas por el mayor número de ciudadanos, para pasar a la posteridad con una presencia de hormigón que los recuerde para siempre. Marco Adán Quezada optó por la invisibilidad en todos los aspectos de la palabra, acabar con la invisibilidad de los desfavorecidos, de las colonias populares que las clases altas, las clases dirigentes en la sociedad chihuahuense nunca han pisado en su vida, la segunda arriesgarse a la invisibilidad de sus obras y su legado.
El reto que afrontó en una ciudad en la que se necesitó de una depuración total y absoluta de su Policía Municipal, cuyos agentes eran en muchos casos poco confiables por sus nexos con el crimen organizado, ungió como héroes a unos que no llevaban uniforme ni armas.
Creó una red de Centros Comunitarios, alrededor de los cuales reunir principalmente a mujeres y niños, “los niños te dan la oportunidad de moldearlos, de cambiar las tendencias sociales, la mentalidad y las mujeres está demostrado que son las mejores trasmisoras del conocimiento, para crear una comunidad”. Los héroes que llegaron silenciosamente a cada rincón de las zonas marginales de la periferia tienen un nombre, Gestores Culturales y Deportivos.
Crearon una red de confianza en torno a los Centros Comunitarios, donde la cultura, la lectura, el arte, la música y el deporte mantenían a los niños fuera de las calles, lejos de la atracción de los grupos criminales, de las drogas y las pandillas.
Se trazaron dos polígonos, uno al norte y otro al sur, donde se construyeron grandes pabellones deportivos y centros comunitarios, para brindar espacios de reunión a las familias y establecer una cabeza de puente, un baluarte de estabilidad social, legalidad y seguridad en territorio enemigo, donde la ley de las armas no conoce de otra autoridad que la de la muerte.
Pero en un estado en el que tan solo el 42,1% de la población tiene acceso a internet, lo que representa alrededor de 1.200.000 internautas según datos del INEGI (equivalente al Instituto Nacional de Estadística de España), la brecha digital viene a agravar las diferencias de oportunidades para las zonas marginadas.
El concepto de marginación evoca necesariamente unas condiciones de lejanía aislamiento, haciéndonos pensar inevitablemente en remotos parajes casi inaccesibles de la Sierra Tarahumara o rincones lejanos del desierto chihuahuense. Pero en la ciudad de Chihuahua, como ocurre en la otra gran ciudad del estado, Ciudad Juárez, el subdesarrollo y la marginación se encuentran a tan solo cinco minutos en coche de las residencias privadas de lujo y de los centros de decisión política.
Con tan solo cruzar la calle se pasa de una ciudad moderna y cosmopolita, cuyo Centro Histórico lucha por recuperar su antiguo esplendor, a asentamientos que no cuentan con los más mínimos servicios básicos, asfaltado, alumbrado público y mucho menos internet.
Por eso, de manera paralela a la reconstrucción social a través de la cultura y la educación, nació el proyecto Sumar Nos Conecta, que ofrece 7.000 laptops gratis a igual número de niños y niñas de 35 barrios marginales de la ciudad, a través de una serie de cursillos, actividades, y logros académicos o deportivos, con los que han ido acumulando puntos para optar a estos ordenadores portátiles, que entre otras características, son resistentes a las caídas y cuentan con una serie de programas y recursos para ser utilizados como complemento de la educación de los usuarios.
El Director General de Intel en México, Scott Overson, empresa que aporta la tecnología para el programa, destacaba que se trata de un proyecto pionero, único en el mundo, en el que una administración, de la mano de las empresas y particulares, apuesta por un programa educativo de estas características. Su participación en el proyecto inició en el momento que entendieron la importancia del mismo, decidiéndose a colaborar “contribuyendo a un modelo de intervención social que no existe en el mundo, un proyecto educativo único”.
Sumar Nos Conecta, en palabras de Overson, representa una solución completa, integral, que incluye contenidos, capacitación, estudio y seguimiento “que demostrarán al mundo los resultados que tendrá Chihuahua con este proyecto”.
De ese modo lanzó un desafío para el futuro “hoy inicia una oportunidad de llenar el futuro de posibilidades, pero esta oportunidad requiere acción. Debemos pensar en que sigue, asegurar el éxito del proyecto, que es una referencia mundial, lo que requiere seguir adelante con el compromiso”.
En todo este proceso de vinculación de la administración pública con la sociedad aparece una figura muy importante junto al alcalde de Chihuahua, su esposa, Lucía Chavira, Presidenta del DIF Municipal. En México existe la tradición de que las esposas de los alcaldes presidan una institución conocida como Defensa de la Infancia y la Familia, que aglutina una serie de servicios sociales, enfocados a los menores y las familias, que se hacen muy presentes en actividades solidarias, como un enlace más amable entre el Ayuntamiento y la sociedad.
Lucía Chavira preside el DIF Municipal de Chihuahua y en los tres años de mandato de su marido se ha convertido en un apoyo importante para Marco Quezada, desarrollando su actividad de manera paralela a los programas municipales en las zonas marginales de la ciudad.
Las 7.000 laptops no representan más que una gota de esperanza en un océano de incertidumbres, pero el simbolismo del programa, único en el mundo para acometer un problema de raíz como es el que representa la falta de igualdad y de justicia en México, se convierte en un cambio de mentalidad para luchar contra la tendencia dramática que vive la sociedad mexicana, en la que los jóvenes encuentran una salida desesperada a sus problemas incorporándose a las filas del narcotráfico, organizaciones criminales que controlan muchas zonas del país y que se aprovechan de la desesperación y la pérdida de valores de la sociedad para alimentar sus necesidades de carne de cañón para la guerra que se libra en las calles, en las sierras y en la frontera, contra otras organizaciones y contra lo que queda de las estructuras de gobierno.
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Como Alcalde de Chihuahua, la capital de uno de los estados más azotados por la violencia del narcotráfico en México, Marco Adán Quezada Martínez ha tenido días buenos y malos, el que vivió el domingo 22 de septiembre es uno de los buenos.
Coincidiendo con el final de su mandato, que en los ayuntamiento mexicanos tienen una duración de tan solo tres años, entregaba 7 mil ordenadores portátiles dentro de un programa conocido como Sumar Nos Conecta, con el que ha llevado laptops e internet gratuito a las colonias (barrios) más desfavorecidas, en las que la pobreza, la inseguridad y la violencia eran una constante cotidiana.
Este joven abogado llegó a la alcaldía de Chihuahua como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y se encontró un paisaje desolador en las calles de la capital del estado. México vivía los últimos años del gobierno de Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), quien aplicó la controvertida estrategia de confrontación frontal contra el narcotráfico, sacando al Ejército Mexicano y a la Policía Federal a las calles, que se encontraban en estado de sitio continuo y obligaba a la población a convivir con la muerte, las armas y el miedo.
Desde 2009 la capital del estado vivía una escalada de violencia que llenaba las calles de muertos de ambos bandos, víctimas inocentes, viudas y huérfanos, en octubre de 2010 Marco Quezada heredaba una ciudad sombría, con miedo y sin esperanzas.
A diferencia de sus antecesores, optó por un giro drástico en las políticas públicas, para atacar el problema de la violencia desde la raíz, combatiendo el sonido de las armas con cuatro pilares fundamentales, deporte, cultura, salud y tecnología.
Los gobernantes en todo el mundo acostumbran a construir sus obras más emblemáticas en las zonas céntricas de las ciudades, en lugares donde puedan ser admiradas por el mayor número de ciudadanos, para pasar a la posteridad con una presencia de hormigón que los recuerde para siempre. Marco Adán Quezada optó por la invisibilidad en todos los aspectos de la palabra, acabar con la invisibilidad de los desfavorecidos, de las colonias populares que las clases altas, las clases dirigentes en la sociedad chihuahuense nunca han pisado en su vida, la segunda arriesgarse a la invisibilidad de sus obras y su legado.
El reto que afrontó en una ciudad en la que se necesitó de una depuración total y absoluta de su Policía Municipal, cuyos agentes eran en muchos casos poco confiables por sus nexos con el crimen organizado, ungió como héroes a unos que no llevaban uniforme ni armas.
Creó una red de Centros Comunitarios, alrededor de los cuales reunir principalmente a mujeres y niños, “los niños te dan la oportunidad de moldearlos, de cambiar las tendencias sociales, la mentalidad y las mujeres está demostrado que son las mejores trasmisoras del conocimiento, para crear una comunidad”. Los héroes que llegaron silenciosamente a cada rincón de las zonas marginales de la periferia tienen un nombre, Gestores Culturales y Deportivos.
Crearon una red de confianza en torno a los Centros Comunitarios, donde la cultura, la lectura, el arte, la música y el deporte mantenían a los niños fuera de las calles, lejos de la atracción de los grupos criminales, de las drogas y las pandillas.
Se trazaron dos polígonos, uno al norte y otro al sur, donde se construyeron grandes pabellones deportivos y centros comunitarios, para brindar espacios de reunión a las familias y establecer una cabeza de puente, un baluarte de estabilidad social, legalidad y seguridad en territorio enemigo, donde la ley de las armas no conoce de otra autoridad que la de la muerte.
Pero en un estado en el que tan solo el 42,1% de la población tiene acceso a internet, lo que representa alrededor de 1.200.000 internautas según datos del INEGI (equivalente al Instituto Nacional de Estadística de España), la brecha digital viene a agravar las diferencias de oportunidades para las zonas marginadas.
El concepto de marginación evoca necesariamente unas condiciones de lejanía aislamiento, haciéndonos pensar inevitablemente en remotos parajes casi inaccesibles de la Sierra Tarahumara o rincones lejanos del desierto chihuahuense. Pero en la ciudad de Chihuahua, como ocurre en la otra gran ciudad del estado, Ciudad Juárez, el subdesarrollo y la marginación se encuentran a tan solo cinco minutos en coche de las residencias privadas de lujo y de los centros de decisión política.
Con tan solo cruzar la calle se pasa de una ciudad moderna y cosmopolita, cuyo Centro Histórico lucha por recuperar su antiguo esplendor, a asentamientos que no cuentan con los más mínimos servicios básicos, asfaltado, alumbrado público y mucho menos internet.
Por eso, de manera paralela a la reconstrucción social a través de la cultura y la educación, nació el proyecto Sumar Nos Conecta, que ofrece 7.000 laptops gratis a igual número de niños y niñas de 35 barrios marginales de la ciudad, a través de una serie de cursillos, actividades, y logros académicos o deportivos, con los que han ido acumulando puntos para optar a estos ordenadores portátiles, que entre otras características, son resistentes a las caídas y cuentan con una serie de programas y recursos para ser utilizados como complemento de la educación de los usuarios.
El Director General de Intel en México, Scott Overson, empresa que aporta la tecnología para el programa, destacaba que se trata de un proyecto pionero, único en el mundo, en el que una administración, de la mano de las empresas y particulares, apuesta por un programa educativo de estas características. Su participación en el proyecto inició en el momento que entendieron la importancia del mismo, decidiéndose a colaborar “contribuyendo a un modelo de intervención social que no existe en el mundo, un proyecto educativo único”.
Sumar Nos Conecta, en palabras de Overson, representa una solución completa, integral, que incluye contenidos, capacitación, estudio y seguimiento “que demostrarán al mundo los resultados que tendrá Chihuahua con este proyecto”.
De ese modo lanzó un desafío para el futuro “hoy inicia una oportunidad de llenar el futuro de posibilidades, pero esta oportunidad requiere acción. Debemos pensar en que sigue, asegurar el éxito del proyecto, que es una referencia mundial, lo que requiere seguir adelante con el compromiso”.
En todo este proceso de vinculación de la administración pública con la sociedad aparece una figura muy importante junto al alcalde de Chihuahua, su esposa, Lucía Chavira, Presidenta del DIF Municipal. En México existe la tradición de que las esposas de los alcaldes presidan una institución conocida como Defensa de la Infancia y la Familia, que aglutina una serie de servicios sociales, enfocados a los menores y las familias, que se hacen muy presentes en actividades solidarias, como un enlace más amable entre el Ayuntamiento y la sociedad.
Lucía Chavira preside el DIF Municipal de Chihuahua y en los tres años de mandato de su marido se ha convertido en un apoyo importante para Marco Quezada, desarrollando su actividad de manera paralela a los programas municipales en las zonas marginales de la ciudad.
Las 7.000 laptops no representan más que una gota de esperanza en un océano de incertidumbres, pero el simbolismo del programa, único en el mundo para acometer un problema de raíz como es el que representa la falta de igualdad y de justicia en México, se convierte en un cambio de mentalidad para luchar contra la tendencia dramática que vive la sociedad mexicana, en la que los jóvenes encuentran una salida desesperada a sus problemas incorporándose a las filas del narcotráfico, organizaciones criminales que controlan muchas zonas del país y que se aprovechan de la desesperación y la pérdida de valores de la sociedad para alimentar sus necesidades de carne de cañón para la guerra que se libra en las calles, en las sierras y en la frontera, contra otras organizaciones y contra lo que queda de las estructuras de gobierno.





