Teatro
La Fundación Caja Castellón recibe la visita de la actriz Julia Gutiérrez Caba
- El teatro es un reflejo de la vida y siempre tenemos algo pendiente.
- Un país se define mucho por su amor a la cultura.
La Fundación Caja Castellón ha retomado el año con el ciclo Femenino Singular con una invitada de excepción: la actriz Julia Gutiérrez Caba. Hacer un repaso a su carrera es entrar de lleno en la historia del teatro español de los últimos cincuenta años. Hija, nieta y biznieta de actores, una de las mejores actrices españolas de todos los tiempos. Desde su debut en el teatro en 1951 en 'Mariquilla Terremoto', con la Compañía de Catalina Bárcena ha demostrado ser una actriz apta para todos los géneros y registros. Ha interpretado personajes inolvidables y actuado junto a artistas irrepetibles, como Irene Gutiérrez Caba, Alberto Closas, Fernando Delgado o José Luis López Vázquez y ha creado personajes que han resultado auténticos hitos en el teatro y en el cine español. Respetada, querida, admirada, nombrar a Julia Gutiérrez Caba es hablar de una actriz con letras mayúsculas.
La actriz recuerda que es “el teatro lo que he conocido más y con el que me he educado. Es la vida de mi familia, por eso tiene un significado especial para mí. Este es un espectáculo que consiste en una relación que se produce entre los espectadores, en las butacas, y los actores, en el escenario. Y eso no tiene parangón. Sobre un escenario se sienten emociones muy tremendas. Cada día es una función. El público es diferente y, tú, también, porque aunque interpretes el mismo personaje, tu estado de ánimo es distinto”.
"Podemos movernos en otras cosas pero el actor debe pasar necesariamente por el escenario. El teatro es muy diferente a otros medios, es lo único que se hace en vivo y de cara al público. Y esa magia hay que pasarla". Sin embargo, la actriz comenta que "el teatro me pesa más hacerlo porque exige una serie de cosas que me dan algo de pereza: duros ensayos, giras... No me gusta separarme de mi profesión y no me he retirado del teatro ni de nada, pero ahora me gusta trabajar en cosas que me permitan un descanso, como las colaboraciones con televisión", explica.
Con respecto a la profesión afirma que “este oficio requiere paciencia y trabajo y, sobre todo, tomárselo muy en serio porque exige muchas horas. No sólo consiste en el momento maravilloso de recibir un premio, sino además tiene otras coyunturas más duras que hay que llevar a cabo hasta que llegas a un puesto determinado que te otorga el público y la profesión. Yo lo pasé mal conociendo el oficio, porque siempre pensaba que no iba a estar a la altura de mi familia o de la gente que tenía a mi alrededor. Mi escalada fue lenta. Ahora las cosas son distintas, pero no hay que confundirse: los medios, la televisión... te pueden hacer popular, pero tu trabajo no está hecho y hay que seguir, y seguir... y hacer otras cosas. Ahí entra en juego el teatro, que es la esencia de todo: el núcleo”.
Los mejores recuerdos de una trayectoria profesional tan dilatada como la de Julia Gutiérrez Caba son emocionales “Montar una compañía propia con mi marido durante diez años fue muy bonito, con sus problemas y sus alegrías; la etapa del María Guerrero, del Teatro Lara, muy especial para mí porque trabajé mucho tiempo con Alberto Closas en la comedia ‘Flor de cactus’, que tuvo mucho éxito en su momento, no sólo en Madrid, también en Barcelona o Buenos Aires.... pero es difícil quedarse con momentos concretos cuando la carrera está hecha de éxitos y de fracasos que, igualmente, los tienes que incorporar a esa mochila de los recuerdos. Decir que uno está satisfecho de todo es absurdo”.
A pesar de su experiencia artística, esta convencida de tener asignaturas pendientes: “Haber tenido más valor para hacer un determinado trabajo en un momento concreto, algo que pasa también en la vida, ya que el teatro es un reflejo de la vida y siempre tenemos algo pendiente... En una etapa de mi vida hubiera sido muy divertido hacer un musical: mis antepasadas han cantado, tanto mi abuela, como mi tía”.
Con respecto a la situación actual opina que “el teatro lo veo bien, pero no la situación que atravesamos. El teatro siempre ha sido débil a pesar de ser la esencia de la profesión. Ahora ha evolucionado, hay más medios, la gente está más enterada y tiene muchas opciones: musicales, teatro en salas pequeñas... pero tiene muchas necesidades. En estos momentos difíciles yo pediría una ayuda mayor para el teatro porque por sí solo no puede salir adelante y el público nunca es suficiente para soportarlo. El ser humano necesita escuchar y ver y el teatro es ese cuento que desde pequeños estamos acostumbrados a escuchar... Todas las artes escénicas forman una parte esencial de la educación y la cultura de un país y hay que cuidarlas". "El teatro necesita ayuda y cierta dedicación. El esfuerzo hay que hacerlo, porque un país se define mucho por su amor a la cultura. En muchos países de Europa el teatro es primordial en su manera de cultivarse. Aquí se nota más el problema", concluye.
- Un país se define mucho por su amor a la cultura.
La Fundación Caja Castellón ha retomado el año con el ciclo Femenino Singular con una invitada de excepción: la actriz Julia Gutiérrez Caba. Hacer un repaso a su carrera es entrar de lleno en la historia del teatro español de los últimos cincuenta años. Hija, nieta y biznieta de actores, una de las mejores actrices españolas de todos los tiempos. Desde su debut en el teatro en 1951 en 'Mariquilla Terremoto', con la Compañía de Catalina Bárcena ha demostrado ser una actriz apta para todos los géneros y registros. Ha interpretado personajes inolvidables y actuado junto a artistas irrepetibles, como Irene Gutiérrez Caba, Alberto Closas, Fernando Delgado o José Luis López Vázquez y ha creado personajes que han resultado auténticos hitos en el teatro y en el cine español. Respetada, querida, admirada, nombrar a Julia Gutiérrez Caba es hablar de una actriz con letras mayúsculas.
La actriz recuerda que es “el teatro lo que he conocido más y con el que me he educado. Es la vida de mi familia, por eso tiene un significado especial para mí. Este es un espectáculo que consiste en una relación que se produce entre los espectadores, en las butacas, y los actores, en el escenario. Y eso no tiene parangón. Sobre un escenario se sienten emociones muy tremendas. Cada día es una función. El público es diferente y, tú, también, porque aunque interpretes el mismo personaje, tu estado de ánimo es distinto”.
"Podemos movernos en otras cosas pero el actor debe pasar necesariamente por el escenario. El teatro es muy diferente a otros medios, es lo único que se hace en vivo y de cara al público. Y esa magia hay que pasarla". Sin embargo, la actriz comenta que "el teatro me pesa más hacerlo porque exige una serie de cosas que me dan algo de pereza: duros ensayos, giras... No me gusta separarme de mi profesión y no me he retirado del teatro ni de nada, pero ahora me gusta trabajar en cosas que me permitan un descanso, como las colaboraciones con televisión", explica.
Con respecto a la profesión afirma que “este oficio requiere paciencia y trabajo y, sobre todo, tomárselo muy en serio porque exige muchas horas. No sólo consiste en el momento maravilloso de recibir un premio, sino además tiene otras coyunturas más duras que hay que llevar a cabo hasta que llegas a un puesto determinado que te otorga el público y la profesión. Yo lo pasé mal conociendo el oficio, porque siempre pensaba que no iba a estar a la altura de mi familia o de la gente que tenía a mi alrededor. Mi escalada fue lenta. Ahora las cosas son distintas, pero no hay que confundirse: los medios, la televisión... te pueden hacer popular, pero tu trabajo no está hecho y hay que seguir, y seguir... y hacer otras cosas. Ahí entra en juego el teatro, que es la esencia de todo: el núcleo”.
Los mejores recuerdos de una trayectoria profesional tan dilatada como la de Julia Gutiérrez Caba son emocionales “Montar una compañía propia con mi marido durante diez años fue muy bonito, con sus problemas y sus alegrías; la etapa del María Guerrero, del Teatro Lara, muy especial para mí porque trabajé mucho tiempo con Alberto Closas en la comedia ‘Flor de cactus’, que tuvo mucho éxito en su momento, no sólo en Madrid, también en Barcelona o Buenos Aires.... pero es difícil quedarse con momentos concretos cuando la carrera está hecha de éxitos y de fracasos que, igualmente, los tienes que incorporar a esa mochila de los recuerdos. Decir que uno está satisfecho de todo es absurdo”.
A pesar de su experiencia artística, esta convencida de tener asignaturas pendientes: “Haber tenido más valor para hacer un determinado trabajo en un momento concreto, algo que pasa también en la vida, ya que el teatro es un reflejo de la vida y siempre tenemos algo pendiente... En una etapa de mi vida hubiera sido muy divertido hacer un musical: mis antepasadas han cantado, tanto mi abuela, como mi tía”.
Con respecto a la situación actual opina que “el teatro lo veo bien, pero no la situación que atravesamos. El teatro siempre ha sido débil a pesar de ser la esencia de la profesión. Ahora ha evolucionado, hay más medios, la gente está más enterada y tiene muchas opciones: musicales, teatro en salas pequeñas... pero tiene muchas necesidades. En estos momentos difíciles yo pediría una ayuda mayor para el teatro porque por sí solo no puede salir adelante y el público nunca es suficiente para soportarlo. El ser humano necesita escuchar y ver y el teatro es ese cuento que desde pequeños estamos acostumbrados a escuchar... Todas las artes escénicas forman una parte esencial de la educación y la cultura de un país y hay que cuidarlas". "El teatro necesita ayuda y cierta dedicación. El esfuerzo hay que hacerlo, porque un país se define mucho por su amor a la cultura. En muchos países de Europa el teatro es primordial en su manera de cultivarse. Aquí se nota más el problema", concluye.














