La Unió presenta alegaciones contra la extracción de turba en Cabanes al considerar que sus efectos provocarán el abandono de los cultivos en la zona
La Unió de Llauradors i Ramaders ha presentado ante la Consellería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente un escrito de alegaciones en contra de la continuidad de las extracciones de turba en el Parque Natural del Prat, dentro del término municipal de Cabanes.
El sindicato agrario presenta estas alegaciones tras la publicación en el DOCV (Nº.7460 / 19.02.205 Pág.4883) del anuncio “Información Pública de la solicitud de autorización ambienta integrada de una actividad de planta de extracción de recursos minerales sección D (turbas) en Cabanes (Castellón). Expediente nº. 01/13/AAI/CS [2015/1883].”, en el que se emplaza a los afectados a presentar las correspondientes alegaciones en un periodo de tiempo de treinta días.
Por su parte, los afectados celebrarán el próximo jueves 12 de marzo a las 7:30 pm una reunión informativa en la Biblioteca Vieja de Torreblanca, ubicada en la Plaza San Bartolomé (Placeta de la Pressó), ya que aunque la extracción se realiza actualmente en Cabanes y la autorización solicitada a la consellería es para la zona de la Turbera de Cabanes, la gran mayoría de propietarios afectados son residentes en Torreblanca.
La Unió considera en este escrito que la extracción de turba va directamente en contra de los intereses económicos, sociales y profesionales de los habitantes de estas zonas de extracción y con carácter primordial, de forma muy especial, contra los intereses de agricultores y ganaderos.
Las alegaciones señalan en primer lugar la afección a la zona húmeda por intrusión de agua marina que causaría la salinización del agua “La extracción de turba en un terreno, inicialmente susceptible de uso agrícola o ganadero supone un aumento de la conductividad eléctrica (salinidad) en el agua de riego del acuífero, por intrusismo marino. Esto es debido a que la turba actúa, allí donde existe, como una barrera o “filtro verde” entre las aguas marinas (agua salada, no apta para el riego por su alta conductividad eléctrica) y el acuífero (agua dulce y apta para el riego)”.
“En consecuencia la extracción de turba, significa la eliminación de esa barrera o “filtro verde”, con lo que aumenta la conductividad del acuífero al mezclarse las iniciales aguas dulces con el agua marina, y ese aumento en la conductividad provoca como efecto inmediato que el complejo arcillo-húmico, responsable de la fertilidad del suelo, no pone de manera correcta, a disposición de los cultivos, la materia orgánica imprescindible para el desarrollo de los mismos”.
También responsabilizan a la extracción de turbas de que a través de la salinización del suelo y la capa freática “La salinidad afecta el crecimiento y producción de los cultivos al reducir el potencial hídrico de la solución del suelo, disminuyendo así la disponibilidad de agua y al crear un desequilibrio nutritivo, dada la elevada concentración de elementos (NA+ , CL-) que interfieren la nutrición mineral y el metabolismo celular”, llevando a los suelos a la infertilidad.
Desde el punto de vista medioambiental, como consecuencia directa del aumento de la salinidad y el posterior abandono de los cultivos “se produciría como efecto perverso, una mayor escorrentía en caso de lluvias, facilitando un mayor arrastre de tierras. No debemos olvidad que las raíces de los árboles y los cultivos aumentan la estabilidad estructural de las tierras agrícolas, puesto que aportan al terreno una mayor sujeción y, en consecuencia, evitan la erosión del mismo. La extracción de turba, pues, produce el efecto contrario, y aún cuando fuera por esta única razón, habría que impedir que tal extracción continuara”.
La Unió considera que si continúa la extracción de turba en la zona esta provocará “el abandono de las tierras de cultivo, y con él, los correspondientes efectos colaterales, que afectarán directamente a la población y al mercado laboral, con especial incidencia en el agrícola y ganadero. Ello revestirá especial gravedad, precisamente debido al importante índice de paro que ya a día de hoy afecta a estos sectores productivos, y justifica sobradamente que la organización agraria que represento, deba ser considerada como parte y oída en el expediente que nos ocupa”.
La Unió de Llauradors i Ramaders ha presentado ante la Consellería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente un escrito de alegaciones en contra de la continuidad de las extracciones de turba en el Parque Natural del Prat, dentro del término municipal de Cabanes.
El sindicato agrario presenta estas alegaciones tras la publicación en el DOCV (Nº.7460 / 19.02.205 Pág.4883) del anuncio “Información Pública de la solicitud de autorización ambienta integrada de una actividad de planta de extracción de recursos minerales sección D (turbas) en Cabanes (Castellón). Expediente nº. 01/13/AAI/CS [2015/1883].”, en el que se emplaza a los afectados a presentar las correspondientes alegaciones en un periodo de tiempo de treinta días.
Por su parte, los afectados celebrarán el próximo jueves 12 de marzo a las 7:30 pm una reunión informativa en la Biblioteca Vieja de Torreblanca, ubicada en la Plaza San Bartolomé (Placeta de la Pressó), ya que aunque la extracción se realiza actualmente en Cabanes y la autorización solicitada a la consellería es para la zona de la Turbera de Cabanes, la gran mayoría de propietarios afectados son residentes en Torreblanca.
La Unió considera en este escrito que la extracción de turba va directamente en contra de los intereses económicos, sociales y profesionales de los habitantes de estas zonas de extracción y con carácter primordial, de forma muy especial, contra los intereses de agricultores y ganaderos.
Las alegaciones señalan en primer lugar la afección a la zona húmeda por intrusión de agua marina que causaría la salinización del agua “La extracción de turba en un terreno, inicialmente susceptible de uso agrícola o ganadero supone un aumento de la conductividad eléctrica (salinidad) en el agua de riego del acuífero, por intrusismo marino. Esto es debido a que la turba actúa, allí donde existe, como una barrera o “filtro verde” entre las aguas marinas (agua salada, no apta para el riego por su alta conductividad eléctrica) y el acuífero (agua dulce y apta para el riego)”.
“En consecuencia la extracción de turba, significa la eliminación de esa barrera o “filtro verde”, con lo que aumenta la conductividad del acuífero al mezclarse las iniciales aguas dulces con el agua marina, y ese aumento en la conductividad provoca como efecto inmediato que el complejo arcillo-húmico, responsable de la fertilidad del suelo, no pone de manera correcta, a disposición de los cultivos, la materia orgánica imprescindible para el desarrollo de los mismos”.
También responsabilizan a la extracción de turbas de que a través de la salinización del suelo y la capa freática “La salinidad afecta el crecimiento y producción de los cultivos al reducir el potencial hídrico de la solución del suelo, disminuyendo así la disponibilidad de agua y al crear un desequilibrio nutritivo, dada la elevada concentración de elementos (NA+ , CL-) que interfieren la nutrición mineral y el metabolismo celular”, llevando a los suelos a la infertilidad.
Desde el punto de vista medioambiental, como consecuencia directa del aumento de la salinidad y el posterior abandono de los cultivos “se produciría como efecto perverso, una mayor escorrentía en caso de lluvias, facilitando un mayor arrastre de tierras. No debemos olvidad que las raíces de los árboles y los cultivos aumentan la estabilidad estructural de las tierras agrícolas, puesto que aportan al terreno una mayor sujeción y, en consecuencia, evitan la erosión del mismo. La extracción de turba, pues, produce el efecto contrario, y aún cuando fuera por esta única razón, habría que impedir que tal extracción continuara”.
La Unió considera que si continúa la extracción de turba en la zona esta provocará “el abandono de las tierras de cultivo, y con él, los correspondientes efectos colaterales, que afectarán directamente a la población y al mercado laboral, con especial incidencia en el agrícola y ganadero. Ello revestirá especial gravedad, precisamente debido al importante índice de paro que ya a día de hoy afecta a estos sectores productivos, y justifica sobradamente que la organización agraria que represento, deba ser considerada como parte y oída en el expediente que nos ocupa”.







