GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS Y PAISAJES DE TIERRAS CASTELLONENSES:
Piedra “Crocodrilia”, un relieve zoológico lítico (Torreblanca)
Este articulo trata de poner en valor el hallazgo casual en superficie de una pequeña piedra que aparenta ser un tanto singular, se trata de una laja de caliza la cual estimo que tubo algún tipo de uso antrópico en alguna época remota posiblemente durante la prehistoria, posteriormente a su desamortización y abandono, sufrió cierto rodamiento por la acción marina que a erosionado superficialmente la pieza. La piedra fue hallada en la costa sur del término municipal de Torreblanca. La forma y marcas de dicha pieza lítica llamaron la atención de este comunicador. La inspección ocular sugirió ver plasmado sobre la piedra una posible muestra de arte mueble conservado sobre la superficie de la misma, este hecho añadido a la presencia de otras señales y elementos del entorno del hallazgo, hacen pensar en la posibilidad como hipótesis de trabajo de que podría tratarse de un artefacto lítico de la época prehistórica, más bien una herramienta que pudo haber sido utilizada o manipulada por alguna persona pretérita del pasado evolutivo humano. Por esta sugerente premisa, se procedió a hacer una descripción e inventario del objeto para divulgación y notificación a centros o entidades de referencia.
Descripción del objeto: Se trata de una pequeña piedra alargada (laja) de unos 14 centímetros de largo y de 3,8 ctms. de ancho máximo, es de superficie irregular semiplana, la sección transversal es triangular. Los rasgos del relieve de temática animal vistos en la inspección ocular, motivan a resaltar esta pieza, a priori dicha característica puede ser consecuencia de un origen natural de la piedra, como resultado del proceso de rotura de la laja de la piedra madre, quizá fruto de dicho proceso, sobre uno de los extremos de la piedra y solamente sobre una de las caras y a lo largo de un tercio de la pieza se puede apreciar una imagen visual zoológica que aparenta dibujar sobre la piedra una silueta animal esquematizada y en relieve, que aparenta ser la cabeza de un cocodrilo.
A dicha piedra parece ser que en la práctica se le hicieron algunos mínimos retoques en el relieve primario, las actuaciones quizá estarían motivadas por alguna influencia mitológica en la representación de animales, y se centraron sobre la parte del cuello, dorso y la boca del hipotético animal para que resaltase más y mejor la imagen en relieve, presentando la actuación unas facciones más naturales de dicha bestia, y una imagen más realista del animal.
La segunda característica a resaltar es una marca o grabado inciso, que se interpreta como no casual, como una señal de propiedad, consistente en un punto y dos líneas opuestas incisas, grabados en la otra cara principal de la piedra, en la parte del anverso de la efigie. Dicha marca apunta evidencias de que hubo cierto grado de estima de su usuario por la piedra y el hecho de tener que marcar el objeto, sería atribuible a que vivía en sociedad y en colectividad, compartiendo espacio y enseres con más personas (en un grupo tribal o clan familiar más o menos extenso).
Aceptando la hipótesis de trabajo, pienso en el pensamiento de la persona que hipotéticamente pudo haber definido ver a esta especie animal plasmado en la forma de la piedra, el sujeto activo pudo haber actuado para mejorar la imagen con pequeñas actuaciones, para resaltar dicho bestiario, plasmando un resultado esquemático muy realista de las facciones anatómicas del animal. Este realismo final, de no ser fortuito desprende que con seguridad dicha persona había visto y conocía en profundidad los animales del género animal “crocodylia”, lo sorprendente es que dichos animales en la península ibérica no existen en estado salvaje, y se estima que hacia final del Plioceno hace de 3 a 4 millones de años desaparecieron las faunas de cocodrilos de la Península Ibérica. Si se acepta la no presencia en la península ibérica de esta familia de animales del orden “crocodrilia” en estado salvaje en épocas prehistóricas, permite abrir un amplio interrogante de especulación sobre una hipotética datación aproximada de la antigüedad de uso de este posible útil o herramienta y el origen de su mentor y usuario. Las hipótesis de trabajo quedan abiertas y permiten barajar que el sujeto, podría no ser oriundo de procedencia peninsular ibérica, y amplía la posibilidad que podría tratarse de una persona o grupo tribal alóctono llegados a través del mar Mediterráneo, y procedentes de algún lugar donde pudiesen cohabitar con especímenes de la familia “crocodylidae”: África.
Este articulo trata de poner en valor el hallazgo casual en superficie de una pequeña piedra que aparenta ser un tanto singular, se trata de una laja de caliza la cual estimo que tubo algún tipo de uso antrópico en alguna época remota posiblemente durante la prehistoria, posteriormente a su desamortización y abandono, sufrió cierto rodamiento por la acción marina que a erosionado superficialmente la pieza. La piedra fue hallada en la costa sur del término municipal de Torreblanca. La forma y marcas de dicha pieza lítica llamaron la atención de este comunicador. La inspección ocular sugirió ver plasmado sobre la piedra una posible muestra de arte mueble conservado sobre la superficie de la misma, este hecho añadido a la presencia de otras señales y elementos del entorno del hallazgo, hacen pensar en la posibilidad como hipótesis de trabajo de que podría tratarse de un artefacto lítico de la época prehistórica, más bien una herramienta que pudo haber sido utilizada o manipulada por alguna persona pretérita del pasado evolutivo humano. Por esta sugerente premisa, se procedió a hacer una descripción e inventario del objeto para divulgación y notificación a centros o entidades de referencia.
Descripción del objeto: Se trata de una pequeña piedra alargada (laja) de unos 14 centímetros de largo y de 3,8 ctms. de ancho máximo, es de superficie irregular semiplana, la sección transversal es triangular. Los rasgos del relieve de temática animal vistos en la inspección ocular, motivan a resaltar esta pieza, a priori dicha característica puede ser consecuencia de un origen natural de la piedra, como resultado del proceso de rotura de la laja de la piedra madre, quizá fruto de dicho proceso, sobre uno de los extremos de la piedra y solamente sobre una de las caras y a lo largo de un tercio de la pieza se puede apreciar una imagen visual zoológica que aparenta dibujar sobre la piedra una silueta animal esquematizada y en relieve, que aparenta ser la cabeza de un cocodrilo.
A dicha piedra parece ser que en la práctica se le hicieron algunos mínimos retoques en el relieve primario, las actuaciones quizá estarían motivadas por alguna influencia mitológica en la representación de animales, y se centraron sobre la parte del cuello, dorso y la boca del hipotético animal para que resaltase más y mejor la imagen en relieve, presentando la actuación unas facciones más naturales de dicha bestia, y una imagen más realista del animal.
La segunda característica a resaltar es una marca o grabado inciso, que se interpreta como no casual, como una señal de propiedad, consistente en un punto y dos líneas opuestas incisas, grabados en la otra cara principal de la piedra, en la parte del anverso de la efigie. Dicha marca apunta evidencias de que hubo cierto grado de estima de su usuario por la piedra y el hecho de tener que marcar el objeto, sería atribuible a que vivía en sociedad y en colectividad, compartiendo espacio y enseres con más personas (en un grupo tribal o clan familiar más o menos extenso).
Aceptando la hipótesis de trabajo, pienso en el pensamiento de la persona que hipotéticamente pudo haber definido ver a esta especie animal plasmado en la forma de la piedra, el sujeto activo pudo haber actuado para mejorar la imagen con pequeñas actuaciones, para resaltar dicho bestiario, plasmando un resultado esquemático muy realista de las facciones anatómicas del animal. Este realismo final, de no ser fortuito desprende que con seguridad dicha persona había visto y conocía en profundidad los animales del género animal “crocodylia”, lo sorprendente es que dichos animales en la península ibérica no existen en estado salvaje, y se estima que hacia final del Plioceno hace de 3 a 4 millones de años desaparecieron las faunas de cocodrilos de la Península Ibérica. Si se acepta la no presencia en la península ibérica de esta familia de animales del orden “crocodrilia” en estado salvaje en épocas prehistóricas, permite abrir un amplio interrogante de especulación sobre una hipotética datación aproximada de la antigüedad de uso de este posible útil o herramienta y el origen de su mentor y usuario. Las hipótesis de trabajo quedan abiertas y permiten barajar que el sujeto, podría no ser oriundo de procedencia peninsular ibérica, y amplía la posibilidad que podría tratarse de una persona o grupo tribal alóctono llegados a través del mar Mediterráneo, y procedentes de algún lugar donde pudiesen cohabitar con especímenes de la familia “crocodylidae”: África.














