Recuperan la historia del personaje torreblanquino más destacado de todos los tiempos
En las pasadas “XV Jornades del Centre d'Estudis del Maestrat”, celebradas entre el 7 y 9 de octubre, en el magnífico marco de la “Església Vella” de Xert, se procedió a presentar y difundir la vida del muy ilustre torreblanquino Francesc Climent. Este personaje, que vivió en la época del llamado Gran Cisma de Occidente, del cual fue parte muy principal, alcanzó los mayores cargos eclesiásticos de la Jerarquía de la Iglesia. Y aunque, preferentemente actuó en la parcela religiosa, también es actor imprescindible en la faceta política, en cuanto se relacionó con los reyes, nobles y gobernantes del momento.
De su trayectoria religiosa, alcanzó el título de prelado de Mallorca, Tarazona, Tortosa y Barcelona, para acceder después al mayor grado de la Jerarquía de la Corona de Aragón, esto es, el de Arzobispo de Zaragoza. Hasta aquí, todo proporcionado por la Cabeza de la Iglesia (sector de Aviñón), es decir, Benet XIII, el Papa Luna, a quien sirvió con lealtad durante más de 40 años, siendo uno de sus últimos fieles. Finalmente, el Santo Padre Martín V, le convirtió en obispo de Barcelona, en lo que parece una degradación por su fidelidad al de Luna. También le hizo Patriarca de Jerusalén.
Persona generosa y de muchas otras virtudes, en Barcelona promovió la finalización de su magnífica Catedral, falleciendo en el año 1430. Su cuerpo, que se halla extrañamente momificado después de 6 siglos, está pendiente de un estudio, que podría aportar datos para creerle merecedor de ser considerado persona virtuosa o de santidad plena.
En dichas “Jornades de Xert”, se presentó a la vez un artículo y un libro acerca del tema tratado. La investigación que ha dado origen al libro ha sido llevada a cabo por Josep Climent Parcet y Eduardo París Muñoz, uno por su relación con el apellido y el otro por ser hijo de la población. Su título: “La Catedral de Barcelona i el Patriarca Francesc Climent (1349-1430). Un enigma en el Cisma d'Occident”. Y el artículo, realizado por París, trata de justificar el “matizado silencio” de su figura hasta nuestros días.
El “re-descubrimiento” de la existencia entre sus paisanos, de este importantísimo personaje, servirá para un mayor enaltecimiento de la población y un gran orgullo para los torreblanquinos amantes de su tierra.
En las pasadas “XV Jornades del Centre d'Estudis del Maestrat”, celebradas entre el 7 y 9 de octubre, en el magnífico marco de la “Església Vella” de Xert, se procedió a presentar y difundir la vida del muy ilustre torreblanquino Francesc Climent. Este personaje, que vivió en la época del llamado Gran Cisma de Occidente, del cual fue parte muy principal, alcanzó los mayores cargos eclesiásticos de la Jerarquía de la Iglesia. Y aunque, preferentemente actuó en la parcela religiosa, también es actor imprescindible en la faceta política, en cuanto se relacionó con los reyes, nobles y gobernantes del momento.
De su trayectoria religiosa, alcanzó el título de prelado de Mallorca, Tarazona, Tortosa y Barcelona, para acceder después al mayor grado de la Jerarquía de la Corona de Aragón, esto es, el de Arzobispo de Zaragoza. Hasta aquí, todo proporcionado por la Cabeza de la Iglesia (sector de Aviñón), es decir, Benet XIII, el Papa Luna, a quien sirvió con lealtad durante más de 40 años, siendo uno de sus últimos fieles. Finalmente, el Santo Padre Martín V, le convirtió en obispo de Barcelona, en lo que parece una degradación por su fidelidad al de Luna. También le hizo Patriarca de Jerusalén.
Persona generosa y de muchas otras virtudes, en Barcelona promovió la finalización de su magnífica Catedral, falleciendo en el año 1430. Su cuerpo, que se halla extrañamente momificado después de 6 siglos, está pendiente de un estudio, que podría aportar datos para creerle merecedor de ser considerado persona virtuosa o de santidad plena.
En dichas “Jornades de Xert”, se presentó a la vez un artículo y un libro acerca del tema tratado. La investigación que ha dado origen al libro ha sido llevada a cabo por Josep Climent Parcet y Eduardo París Muñoz, uno por su relación con el apellido y el otro por ser hijo de la población. Su título: “La Catedral de Barcelona i el Patriarca Francesc Climent (1349-1430). Un enigma en el Cisma d'Occident”. Y el artículo, realizado por París, trata de justificar el “matizado silencio” de su figura hasta nuestros días.
El “re-descubrimiento” de la existencia entre sus paisanos, de este importantísimo personaje, servirá para un mayor enaltecimiento de la población y un gran orgullo para los torreblanquinos amantes de su tierra.















