Teatro con títeres, juguetes y multimedia
Proyecto Zombie, una parábola sobre la alienación y el aislamiento de las nuevas tecnologías
![[Img #73493]](http://el7set.es/upload/images/07_2019/6423__sam5780.jpg)
Con “Proyecto Zombie” la compañía Merequetengue de Xalapa, Veracruz, propone una aventura para salvar el mundo desde la inocencia de la mente infantil narrada a través de la tecnología, en un acercamiento a la acción a través de una transmisión online en directo. Esta paradoja no es más que un ejemplo de la complejidad de los niveles de denuncia de este texto original de Denise Valencia, dirigida por David Aarón Estrada, que también actúa y anima, junto a Deivin Viveros como asistente, los títeres diseñados por Lorenzo Portillo Armendáriz.
El mismo vehículo usado para transmitir el mensaje de crítica contra la alienación de la sociedad con las nuevas tecnologías, que nos mantienen pegados a pantallas de todo tipo de dispositivos, estrechando lazos a gran distancia mientras cerramos puertas a las personas de nuestro entorno más cercano.
“Proyecto Zombie” critica desde la inocencia de manera inmisericorde, por eso es una obra familiar, ya que contiene varias líneas de información que corren paralelas a la acción de los personajes, que nos aportan mensajes a distintos niveles, que son asumidos por adultos y menores sin solución de continuidad, sin abrir paréntesis argumentativos. Un discurso actual, con toques totalmente locales gracias a la vinculación de David Aarón Estrada con Chihuahua, de donde es originario, que nos ofrece el apunte concreto, el localismo que nos conecta con la historia y nos hace sentirnos identificados con los personajes.
Pero, si la crítica principal es contra la tecnología, no es esta la única que encontramos en el texto. En él aguardan dolorosas reflexiones sobre la familia, el trato a los niños y a los mayores, la corrupción y la política. Todo encajado a la perfección en la narración, sin que se pierda el hilo de la historia, que se hilvana de manera artesana con la estructura de la historia, que no olvidemos, se plantea como una función de títeres para toda la familia. Por eso es toda la familia la que puede reflexionar después de ver la obra.
La puesta en escena, rompedora en su planteamiento al ser trasmitida de manera simultánea online, ofrece una experiencia multidisciplinar, con una secuenciación casi cinematográfica o televisiva de la obra desde el plano corto que se proyecta en una pantalla, a modo de experiencia multimedia, mientras que la acción se puede ver en directo por parte del público.
Un escenario, a modo de maqueta de un mundo en miniatura, que nos recuerda los juegos de la infancia, en los que extendíamos todos nuestros juguetes formando un universo imposible en el que la escala era lo de menos, mezclando figuras de acción, muñecos, carritos y camiones, juegos de construcción, para crear un mundo propio y personal, en el que la imaginación y la fantasía gobernaban poniendo las leyes que creaban historias quizá soñadas, quizá imaginadas, o simplemente nacidas sin pensar de nuestro fuero más íntimo.
Matías y su abuelo estrechan sus vínculos familiares ante el apocalipsis zombie, tratando de salvar al mundo de sí mismo, descubriendo lo que les une, lo que han perdido y el remedio para evitar que la gente se convierta en esclavos de dispositivos que terminan siendo más inteligentes que ellos mismos.
![[Img #73491]](http://el7set.es/upload/images/07_2019/1841__sam5789.jpg)
Con “Proyecto Zombie” la compañía Merequetengue de Xalapa, Veracruz, propone una aventura para salvar el mundo desde la inocencia de la mente infantil narrada a través de la tecnología, en un acercamiento a la acción a través de una transmisión online en directo. Esta paradoja no es más que un ejemplo de la complejidad de los niveles de denuncia de este texto original de Denise Valencia, dirigida por David Aarón Estrada, que también actúa y anima, junto a Deivin Viveros como asistente, los títeres diseñados por Lorenzo Portillo Armendáriz.
El mismo vehículo usado para transmitir el mensaje de crítica contra la alienación de la sociedad con las nuevas tecnologías, que nos mantienen pegados a pantallas de todo tipo de dispositivos, estrechando lazos a gran distancia mientras cerramos puertas a las personas de nuestro entorno más cercano.
“Proyecto Zombie” critica desde la inocencia de manera inmisericorde, por eso es una obra familiar, ya que contiene varias líneas de información que corren paralelas a la acción de los personajes, que nos aportan mensajes a distintos niveles, que son asumidos por adultos y menores sin solución de continuidad, sin abrir paréntesis argumentativos. Un discurso actual, con toques totalmente locales gracias a la vinculación de David Aarón Estrada con Chihuahua, de donde es originario, que nos ofrece el apunte concreto, el localismo que nos conecta con la historia y nos hace sentirnos identificados con los personajes.
Pero, si la crítica principal es contra la tecnología, no es esta la única que encontramos en el texto. En él aguardan dolorosas reflexiones sobre la familia, el trato a los niños y a los mayores, la corrupción y la política. Todo encajado a la perfección en la narración, sin que se pierda el hilo de la historia, que se hilvana de manera artesana con la estructura de la historia, que no olvidemos, se plantea como una función de títeres para toda la familia. Por eso es toda la familia la que puede reflexionar después de ver la obra.
La puesta en escena, rompedora en su planteamiento al ser trasmitida de manera simultánea online, ofrece una experiencia multidisciplinar, con una secuenciación casi cinematográfica o televisiva de la obra desde el plano corto que se proyecta en una pantalla, a modo de experiencia multimedia, mientras que la acción se puede ver en directo por parte del público.
Un escenario, a modo de maqueta de un mundo en miniatura, que nos recuerda los juegos de la infancia, en los que extendíamos todos nuestros juguetes formando un universo imposible en el que la escala era lo de menos, mezclando figuras de acción, muñecos, carritos y camiones, juegos de construcción, para crear un mundo propio y personal, en el que la imaginación y la fantasía gobernaban poniendo las leyes que creaban historias quizá soñadas, quizá imaginadas, o simplemente nacidas sin pensar de nuestro fuero más íntimo.
Matías y su abuelo estrechan sus vínculos familiares ante el apocalipsis zombie, tratando de salvar al mundo de sí mismo, descubriendo lo que les une, lo que han perdido y el remedio para evitar que la gente se convierta en esclavos de dispositivos que terminan siendo más inteligentes que ellos mismos.