Opinión
NO a la playa canina y a la degradación del Sòl del Riu
El río San Miguel y la Marjal (Sòl del Riu) de Capicorb representan el patrimonio natural más importante de esta zona, un río autóctono, importantísimo corredor natural ecológico, que recoge las aguas de las montañas de Catí, Albocásser, Tirig y Cuevas de Vinromà. La mayor parte del año permanece seco, pero en época de lluvias torrenciales, como ocurrió el pasado octubre de 2018, las aguas bajan rápidas arrastrando y desplazando abundantes sedimentos geológicos, gravas gruesas y piedras rodadas que forman barreras naturales como el Serradal y el Sòl del Riu, una Marjal donde se mezclan el agua dulce del río con el mar y que está catalogada como zona húmeda protegida por la Comunidad Valenciana. Este humedal es el área de descanso de muchas aves migratorias que siguen las rutas que bordean el mar Mediterráneo. Especies como la serreta mediana o la pardela mediterránea, entre otras, forman parte de las aves censadas en el mismo.
Convertir un espacio natural como este humedal protegido en una playa canina, en un gueto para perros, es un auténtico delito ecológico. En lugar de poner en valor nuestro patrimonio natural, nuestro legado más preciado para disfrute de todos y de generaciones futuras, se permite y fomenta la saturación (ampliación de la zona de aparcamiento), explotación y degradación de la Marjal, encontrando excrementos, orín de perro y suciedad de todo tipo, dentro y fuera de la misma.
¡Los vecinos de Capicorb decimos nuevamente NO a la playa de perros! Exigimos a los agentes locales la máxima conservación y protección de este espacio acuático, que se prohíba su uso como piscina pública para perros y sus dueños, y se mitiguen así los graves daños que esta actividad irresponsable está causando. No estamos en contra de los perros, estamos en contra de la degradación de nuestro espacio natural protegido.
El término de Alcalà-Alcossebre es lo suficientemente grande como para encontrar lugares alternativos adecuados para la ubicación de una playa canina que sean menos perjudiciales para nuestro medio natural.
Gloria Bosch Roig
El río San Miguel y la Marjal (Sòl del Riu) de Capicorb representan el patrimonio natural más importante de esta zona, un río autóctono, importantísimo corredor natural ecológico, que recoge las aguas de las montañas de Catí, Albocásser, Tirig y Cuevas de Vinromà. La mayor parte del año permanece seco, pero en época de lluvias torrenciales, como ocurrió el pasado octubre de 2018, las aguas bajan rápidas arrastrando y desplazando abundantes sedimentos geológicos, gravas gruesas y piedras rodadas que forman barreras naturales como el Serradal y el Sòl del Riu, una Marjal donde se mezclan el agua dulce del río con el mar y que está catalogada como zona húmeda protegida por la Comunidad Valenciana. Este humedal es el área de descanso de muchas aves migratorias que siguen las rutas que bordean el mar Mediterráneo. Especies como la serreta mediana o la pardela mediterránea, entre otras, forman parte de las aves censadas en el mismo.
Convertir un espacio natural como este humedal protegido en una playa canina, en un gueto para perros, es un auténtico delito ecológico. En lugar de poner en valor nuestro patrimonio natural, nuestro legado más preciado para disfrute de todos y de generaciones futuras, se permite y fomenta la saturación (ampliación de la zona de aparcamiento), explotación y degradación de la Marjal, encontrando excrementos, orín de perro y suciedad de todo tipo, dentro y fuera de la misma.
¡Los vecinos de Capicorb decimos nuevamente NO a la playa de perros! Exigimos a los agentes locales la máxima conservación y protección de este espacio acuático, que se prohíba su uso como piscina pública para perros y sus dueños, y se mitiguen así los graves daños que esta actividad irresponsable está causando. No estamos en contra de los perros, estamos en contra de la degradación de nuestro espacio natural protegido.
El término de Alcalà-Alcossebre es lo suficientemente grande como para encontrar lugares alternativos adecuados para la ubicación de una playa canina que sean menos perjudiciales para nuestro medio natural.
Gloria Bosch Roig



















