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Jesús Vinuesa Roca Músico y fotógrafo
Miércoles, 28 de Octubre de 2020

El ridículo patético por un imposible

[Img #80171]El presidente interino de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, en la Conferencia de Presidentes autonómicos del pasado 27 de octubre de 2020, quiso reivindicar el referéndum por la independencia.”Catalonia is a European country” (Cataluña es un país europeo). Quiso aprovechar la presencia de la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen durante su intervención en la conferencia sobre los fondos europeos para mitigar la pandemia de coronavirus.


Dijo Aragonés sin venir a cuento, pero lo dijo, que “hay que dar voz a los ciudadanos de Cataluña para que ejerzan su voluntad política y decidan su futuro sobre la independencia de España”.


Aragonés algo tiene que hacer para tener contentos y sosegados a sus adictos independistas. Decirles la verdad sería duro y embarazoso para él.


La verdad, la triste verdad para lo independistas es que (entre otras cosas), el pasado día 8 de octubre, la Comisión de Venecia en su informe, dedica todo un capítulo a la celebración de referéndums y afianza recomendaciones para las pautas que deben seguir y regular las consultas.


El informe dice claramente que “no se pueden celebrar referéndums si la Constitución no los prevé”.


También subraya la Comisión de Venecia que la ley que contemple la celebración de una consulta “no puede estar adoptada ad hoc para un referéndum específico”, que fue lo que procesó el Parlament de Catalunya, que aprobó la ley que convocó la votación de autodeterminación el 6 de septiembre, un mes antes del 1-O.


Todo esto Aragonés lo sabe, pero prefiere que sus palmeros lo ignoren, pues la ignorancia es la antesala del miedo. Un pueblo con miedo es fácil de dominar.


Todo el mundo sabe que algunos políticos con un alto contenido de fascismo disimulado, intentan atiborrar a sus votantes con noticias convenientes a sus fines ambicionados, aunque estos fines sean imposibles de alcanzar, como es la independencia de una parte de España. Ni un estado ni nación en el mundo apoyan la independencia de Cataluña.


Cuando expreso todos estos razonamientos en Facebook, me llaman rata, malnacido con un largo etc. de despropósitos e insensateces, y optan por bloquearme. Así ha ocurrido hace una semana con uno, pues le dije que en España no hay presos políticos. Por lo menos este no me insultó. La mayoría independista practica la política de no polemizar, y así evitar enfrentarse a razonamientos imbatibles.


Una de las frases más célebres de Josep Tarradellas, presidente que fue de la Generalitat, primero en el exilio y desde 1977, reinstaurada, ya en España, fue la siguiente: “En política 'es pot fer tot, menys el ridícul'” ("En política se puede hacer todo, menos el ridículo"). Quizás Tarradellas -buen conocedor de la historia catalana- avisaba entonces de la tendencia caricaturesca y bufa de algunos dirigentes de su país. Desde luego, si pudiese observar la “internacionalización” de la cuestión catalana, se echaría las manos a la cabeza.



 

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