Del Lunes, 22 de Septiembre de 2025 al Domingo, 12 de Octubre de 2025
Ecologistas en Acción denuncia el aumento de la caza ilegal de aves migratorias en tiempos de covid
Ecologistas del País Valencià denuncia que durante las últimas semanas ha aumentado la caza furtiva aprovechando el mayor flujo en el paso migratorio de las aves y la poca vigilancia en el monte por los confinamientos. La zona más afectada en el territorio valenciano es Castellón, donde cada año se registran gran cantidad de episodios de caza furtiva sin que las administraciones competentes tomen serias medidas para atajar el problema.
Cada otoño se repite uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza, la migración de las aves entre Europa y África tras la época de cría. Cientos de especies y millones de ejemplares emprenden estos peligrosos viajes de miles de kilómetros desde el norte hacia el sur. Buscan zonas de invernada con climas más benignos y con mayores posibilidades de alimentación para poder sobrevivir a los cambiantes inviernos europeos, tan afectados por el cambio climático.
Cigüeñas, vencejos, alcaudones, rapaces, collalbas, pinzones, zorzales, petirrojos, picogordos, grullas, etc,.. son un ejemplo de la enorme biodiversidad que sobrevuela nuestro territorio.
En este viaje migratorio encontrarán numerosas dificultades, algunas propias de sus ciclos biológicos (como depredaciones, agotamiento, falta de alimento,...) y otras creadas por el ser humano como la pérdida de hábitats, los pesticidas o la caza.
Desde mediados de octubre, las aves migratorias están sometidas a una presión cinegética sin cuartel. Y es en el corredor mediterráneo donde más muertes hay, tanto de especies cinegéticas como de especies protegidas. En la Comunidad Valenciana se siguen utilizando numerosas técnicas de caza no selectivas e ilegales, como el parany, cepos, redes invisibles, redes de suelo o la liga,... que masacran a cientos de especies con fines mercantiles.
Los métodos no selectivos, provocan la captura de especies protegidas e insectívoras y que se altere el equilibrio ecológico. Petirrojos, currucas capirotadas, colirrojos tizones, acentores comunes, pinzones vulgares, picogordos, bisbitas comunes, etc., son imprescindibles para el hombre y los cultivos agrícolas pues son auténticos insecticidas biológicos ya que cada ejemplar puede capturar más de 2,5 kg de insectos al año.
La organización recuerda que las aves migratorias no conocen límites y necesitan de la protección de todos los países por donde discurre su viaje. Y para ello existe una normativa que regula su conservación y la de sus hábitats, como la Convención de Bonn (1979). Y exige que se actúe contra el furtivismo en cumplimiento de la Ley Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Ecologistas del País Valencià denuncia que durante las últimas semanas ha aumentado la caza furtiva aprovechando el mayor flujo en el paso migratorio de las aves y la poca vigilancia en el monte por los confinamientos. La zona más afectada en el territorio valenciano es Castellón, donde cada año se registran gran cantidad de episodios de caza furtiva sin que las administraciones competentes tomen serias medidas para atajar el problema.
Cada otoño se repite uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza, la migración de las aves entre Europa y África tras la época de cría. Cientos de especies y millones de ejemplares emprenden estos peligrosos viajes de miles de kilómetros desde el norte hacia el sur. Buscan zonas de invernada con climas más benignos y con mayores posibilidades de alimentación para poder sobrevivir a los cambiantes inviernos europeos, tan afectados por el cambio climático.
Cigüeñas, vencejos, alcaudones, rapaces, collalbas, pinzones, zorzales, petirrojos, picogordos, grullas, etc,.. son un ejemplo de la enorme biodiversidad que sobrevuela nuestro territorio.
En este viaje migratorio encontrarán numerosas dificultades, algunas propias de sus ciclos biológicos (como depredaciones, agotamiento, falta de alimento,...) y otras creadas por el ser humano como la pérdida de hábitats, los pesticidas o la caza.
Desde mediados de octubre, las aves migratorias están sometidas a una presión cinegética sin cuartel. Y es en el corredor mediterráneo donde más muertes hay, tanto de especies cinegéticas como de especies protegidas. En la Comunidad Valenciana se siguen utilizando numerosas técnicas de caza no selectivas e ilegales, como el parany, cepos, redes invisibles, redes de suelo o la liga,... que masacran a cientos de especies con fines mercantiles.
Los métodos no selectivos, provocan la captura de especies protegidas e insectívoras y que se altere el equilibrio ecológico. Petirrojos, currucas capirotadas, colirrojos tizones, acentores comunes, pinzones vulgares, picogordos, bisbitas comunes, etc., son imprescindibles para el hombre y los cultivos agrícolas pues son auténticos insecticidas biológicos ya que cada ejemplar puede capturar más de 2,5 kg de insectos al año.
La organización recuerda que las aves migratorias no conocen límites y necesitan de la protección de todos los países por donde discurre su viaje. Y para ello existe una normativa que regula su conservación y la de sus hábitats, como la Convención de Bonn (1979). Y exige que se actúe contra el furtivismo en cumplimiento de la Ley Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.