Literatura
Eloy Moreno reflexiona sobre los peligros del poder
El escritor castellonense participó en el ciclo Condición Literal de la Fundación Caja Castellón
No suele ser lo más habitual, pero a veces pasa. Una película con final feliz. Es lo que le ocurrió a Eloy Moreno, un informático de Castellón que se convirtió en novelista de éxito y en mucho más que un fenómeno editorial, porque con su primera novela El bolígrafo de gel verde logró invertir el orden de las cosas. Fue la editorial la que le llamó a él, y la que compartió su éxito con la ayuda, eso sí, de las redes sociales en Internet. Con El bolígrafo de gel verde nos demostró que el éxito de Eloy no es el resultado de una oportunidad inesperada, es la consecuencia de un largo camino afortunadamente ya recorrido. Ahora acaba de publicar su segunda novela Lo que encontré bajo el sofá, la oportunidad de Eloy Moreno para revalidarse como autor con mayúsculas, en la que demuestra que ha emprendido un camino literario que va hacia adelante.
El autor afirma que cree ”más en los secretos ajenos que los propios, incluso hay veces que preferimos no mirar, que no queremos verlos. El problema surge cuando todo aquello que nos callamos es tanto, que ya no cabe más… y entonces explota". En Lo que encontré bajo el sofá afirma que “he pretendido hacer una radiografía de la sociedad, pero sin ser partidista. He repartido para todos lados por igual, para los de fuera y para nosotros mismos. La dualidad de la doble moral es practicada por casi todos: desde el taller que cobra en negro hasta la señora que se va a urgencias para no hacer cola en el ambulatorio, o el médico que desvía a los enfermos a su clínica privada. Cuando decidí que la historia transcurriese en Toledo, me sorprendió el hecho de que durante años desapareciesen calles en la ciudad: señores particulares que se ponen de acuerdo para correr los muros de sus fincas para ocupar más terreno, y así hasta sesenta y cinco calles afectadas. Toledo me daba el perfil perfecto para el lugar donde recrear mis historias que vienen a veces del pasado para desarrollarse en el presente".
Avisa que “en esta novela hay muchas cosas que podrían considerarse políticamente incorrectas: cómo solucionas el acoso escolar que hacen a tu hija, quizás dándole una hostia a la otra niña… Uno de los personajes comenta que la crisis política se solucionará cuando maten a un político y entonces se den cuenta que no se trata de un grupo intocable… Temas políticamente incorrectos de cara a la actual opinión pública. Es más de los colegios normalmente termina yéndose el agredido, no el agresor.”
Es precisamente en momentos de crisis, añade, cuando la fraternidad surge más espontánea. Y si esto no la desarrollamos ahora, entonces ¿cuándo? ¿tenemos que esperar a que llegue una crisis aún peor? Hasta qué punto está llegando el deterioro de determinadas instituciones. El poder puede llegar a corromper, aunque finalmente depende del nivel de moral que cada persona tenga. Aún así, creo que todos podemos ser corruptos, sin tener en cuenta la cantidad robada sino el hecho.
Invitado por la Fundación Caja Castellón el escritor castellonense Eloy Moreno ha abarrotado de público la Sala San Miguel esta tarde en la que sus lectores han podido comprobar que la trayectoria literaria que no ha hecho más que empezar.
No suele ser lo más habitual, pero a veces pasa. Una película con final feliz. Es lo que le ocurrió a Eloy Moreno, un informático de Castellón que se convirtió en novelista de éxito y en mucho más que un fenómeno editorial, porque con su primera novela El bolígrafo de gel verde logró invertir el orden de las cosas. Fue la editorial la que le llamó a él, y la que compartió su éxito con la ayuda, eso sí, de las redes sociales en Internet. Con El bolígrafo de gel verde nos demostró que el éxito de Eloy no es el resultado de una oportunidad inesperada, es la consecuencia de un largo camino afortunadamente ya recorrido. Ahora acaba de publicar su segunda novela Lo que encontré bajo el sofá, la oportunidad de Eloy Moreno para revalidarse como autor con mayúsculas, en la que demuestra que ha emprendido un camino literario que va hacia adelante.
El autor afirma que cree ”más en los secretos ajenos que los propios, incluso hay veces que preferimos no mirar, que no queremos verlos. El problema surge cuando todo aquello que nos callamos es tanto, que ya no cabe más… y entonces explota". En Lo que encontré bajo el sofá afirma que “he pretendido hacer una radiografía de la sociedad, pero sin ser partidista. He repartido para todos lados por igual, para los de fuera y para nosotros mismos. La dualidad de la doble moral es practicada por casi todos: desde el taller que cobra en negro hasta la señora que se va a urgencias para no hacer cola en el ambulatorio, o el médico que desvía a los enfermos a su clínica privada. Cuando decidí que la historia transcurriese en Toledo, me sorprendió el hecho de que durante años desapareciesen calles en la ciudad: señores particulares que se ponen de acuerdo para correr los muros de sus fincas para ocupar más terreno, y así hasta sesenta y cinco calles afectadas. Toledo me daba el perfil perfecto para el lugar donde recrear mis historias que vienen a veces del pasado para desarrollarse en el presente".
Avisa que “en esta novela hay muchas cosas que podrían considerarse políticamente incorrectas: cómo solucionas el acoso escolar que hacen a tu hija, quizás dándole una hostia a la otra niña… Uno de los personajes comenta que la crisis política se solucionará cuando maten a un político y entonces se den cuenta que no se trata de un grupo intocable… Temas políticamente incorrectos de cara a la actual opinión pública. Es más de los colegios normalmente termina yéndose el agredido, no el agresor.”
Es precisamente en momentos de crisis, añade, cuando la fraternidad surge más espontánea. Y si esto no la desarrollamos ahora, entonces ¿cuándo? ¿tenemos que esperar a que llegue una crisis aún peor? Hasta qué punto está llegando el deterioro de determinadas instituciones. El poder puede llegar a corromper, aunque finalmente depende del nivel de moral que cada persona tenga. Aún así, creo que todos podemos ser corruptos, sin tener en cuenta la cantidad robada sino el hecho.
Invitado por la Fundación Caja Castellón el escritor castellonense Eloy Moreno ha abarrotado de público la Sala San Miguel esta tarde en la que sus lectores han podido comprobar que la trayectoria literaria que no ha hecho más que empezar.














