Fiestas Patronales 2014
El encierro de seis cerriles en Vall d’Alba se convierte en el festejo taurino del año por la afluencia de aficionados y la espectacularidad
![[Img #36021]](upload/img/periodico/img_36021.jpg)
La programación taurina de las fiestas de Vall d’Alba arrancaba con un espectacular encierro de seis toros de la ganadería de Núñez del Cuvillo que protagonizaron una carrera limpia y llena de emoción.
Cientos de aficionados de todos los rincones de la geografía provincial se reunieron en la localidad para presenciar y participar en el encierro, en medio de una gran expectación. Mucho público y gran cantidad de corredores para disfrutar de un evento taurino único.
Los astados protagonizaron momentos de riesgo, sobre todo en el segundo tramo del recorrido, cuando uno de los morlacos se descolgó de la manada, lanzando derrotes a la derecha hacia los corredores a los que iba superando, aunque no llegó a embestir a ninguno.
En el recorrido algunos mozos realizaron recortes imposibles en medio de la manada, agregando espectacularidad, emoción y riesgo al encierro.
Participar del encierro fue una experiencia única. El procedimiento a emplear fue muy similar para la gran mayoría de los corredores. Seleccionar el tramo a correr, estudiar la zona y calentar, tragándose los nervios mientras se esperaba el cohete anunciando que seis toros salían a las calles a toda velocidad. Después esperar que el movimiento de los corredores y el murmullo del público creciera, anunciando que se aproxima la manada. Tocaba empezar a ponerse en movimiento con una carrera lenta vigilando la llegada de los astados a la espalda. Al ver a la manada acercarse tocaba acelerar el paso para ponerse durante unos instantes al mismo ritmo que los toros y cabestros, que paulatinamente van ganando terreno a los corredores, que se van teniendo que hacer a un lado para no ser arrollados. Entonces llega el momento de mayor tensión, cuando el corredor es rebasado a centímetros por los morlacos, con caídas y algunos sustos, pero nada reseñable. Al final un encierro limpio, rápido y de gran vistosidad.
La programación taurina de las fiestas de Vall d’Alba arrancaba con un espectacular encierro de seis toros de la ganadería de Núñez del Cuvillo que protagonizaron una carrera limpia y llena de emoción.
Cientos de aficionados de todos los rincones de la geografía provincial se reunieron en la localidad para presenciar y participar en el encierro, en medio de una gran expectación. Mucho público y gran cantidad de corredores para disfrutar de un evento taurino único.
Los astados protagonizaron momentos de riesgo, sobre todo en el segundo tramo del recorrido, cuando uno de los morlacos se descolgó de la manada, lanzando derrotes a la derecha hacia los corredores a los que iba superando, aunque no llegó a embestir a ninguno.
En el recorrido algunos mozos realizaron recortes imposibles en medio de la manada, agregando espectacularidad, emoción y riesgo al encierro.
Participar del encierro fue una experiencia única. El procedimiento a emplear fue muy similar para la gran mayoría de los corredores. Seleccionar el tramo a correr, estudiar la zona y calentar, tragándose los nervios mientras se esperaba el cohete anunciando que seis toros salían a las calles a toda velocidad. Después esperar que el movimiento de los corredores y el murmullo del público creciera, anunciando que se aproxima la manada. Tocaba empezar a ponerse en movimiento con una carrera lenta vigilando la llegada de los astados a la espalda. Al ver a la manada acercarse tocaba acelerar el paso para ponerse durante unos instantes al mismo ritmo que los toros y cabestros, que paulatinamente van ganando terreno a los corredores, que se van teniendo que hacer a un lado para no ser arrollados. Entonces llega el momento de mayor tensión, cuando el corredor es rebasado a centímetros por los morlacos, con caídas y algunos sustos, pero nada reseñable. Al final un encierro limpio, rápido y de gran vistosidad.
