Urbanismo
La Sareb tendrá adjudicación preferente del proyecto de golf de Torreblanca al encabezar una Agrupación de Interés Urbanístico
El “banco malo” surgido de la crisis financiera es la última esperanza para el Ayuntamiento de Torreblanca de que los terrenos no reviertan a suelo rústico protegido por el PATIVEL
![[Img #68793]](upload/img/periodico/img_68793.jpg)
La apertura de las plicas para la adjudicación del proyecto de golf en Torrenostra en los sectores 4, 7, 8, 9 y 10 de la Homologación del Litoral, que tenía lugar el pasado 29 de octubre, aporta un sorprendente giro de los acontecimientos en esta tortuosa tramitación urbanística que camina hacia los 20 años de esperanzas, ilusiones, decepciones, fracasos e intereses cruzados a golpe de dramáticos efectos, como si de una historia de suspense de serie B se tratase.
Al desvelar el contenido del sobre cerrado, Sareb, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, se perfila como el único aspirante a la adjudicación, ya que al presentarse como una Agrupación de Interés Urbanístico –una figura legal dentro del urbanismo que da prioridad a la adjudicación a los propietarios de terrenos dentro del ámbito del proyecto que pretendan gestionar el desarrollo- cuentan con la adjudicación prioritaria. La Sareb se presenta como propietaria del 65% de los terrenos del PAI, tal como explicaba la concejala de Urbanismo, Rosana Villanueva.
A esta ventaja inicial se suma la posibilidad de que la empresa que originalmente tuvo la adjudicación del proyecto urbanístico más importante de la historia de Torreblanca –después de los legendarios pufos de la Venecia del Prat y EuroDisney- Urbanizadora Torremar, se sume al proyecto, tal como habría manifestado al consistorio el administrador concursal. Esto supondría la aportación de los terrenos del campo de golf, 600.000 metros cuadrados que en las bases de ejecución a licitación no aparecían incluidos en el programa, resolviendo uno de los principales escollos para el proyecto, ejecutar la urbanización de un desarrollo basado en el atractivo del golf sin campo de golf.
La incorporación de Urbanizadora Torremar, actualmente en concurso de acreedores, representaría una de las paradojas que rodean este proyecto, ya que después de que el Ayuntamiento de Torreblanca le retirase la condición de Agente Urbanizador por su incapacidad para llevar a término el desarrollo urbanístico, este conglomerado empresarial volvería a formar parte del mismo por la puerta de atrás, en virtud de la propiedad de los terrenos del campo de golf. Vaya viaje para volver al mismo sitio.
Desde el equipo de gobierno de Torreblanca, formado por cuatro ediles del PSPV, dos ediles expulsados de Ciudadanos, y dos de Compromís (uno de ellos, Carlos García, con la espada de Damocles del expediente de expulsión que tramita la Comisión de Garantías de la coalición), la noticia ha sido recibida con alegría y alivio, puesto que representa la apuesta definitiva para salvar una legislatura gris en lo que a gestión y proyectos se refiere.
La precipitación de todo este entramado urbanístico la pone de manifiesto un detalle como que la Sareb no cuenta con la calificación para realizar este tipo de actividades empresariales, por lo que deberá tramitarla y obtenerla antes de poder firmar el convenio urbanístico que dará el pistoletazo de salida a la elección mediante concurso público de la empresa que ejecutará las obras, según explican fuentes municipales.
Aunque no existen plazos definidos, la esperanza en el consistorio torreblanquino está puesta en una firma de convenio a más tardar a principio de 2019, momento desde el que empezaría a contar el plazo de cinco años que la condición de Suelo Transitorio que le otorga el PATIVEL le obliga a cumplir al adjudicatario, so pena de que los terrenos reviertan a suelo rústico protegido a lo largo de toda la franja litoral.
El PAI afecta a una superficie de 1.910.254 m², con un campo de 18 hoyos de 607.719 m², aunque en las bases particulares de la licitación se circunscriben a una superficie urbanizada de 1.233.255 m², creando 245 viviendas unifamiliares, en primera línea de mar, otras 106 de unifamiliar aislado pareada, 132 de residencial adosada y 3.936 apartamentos. El proyecto de la urbanización contempla también tres hoteles, centros comerciales, pistas de tenis, un campo de fútbol y zonas verdes.
La Sareb
La Wikipedia tiene un muy feo concepto de lo que es la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, calificándolo de Banco Malo, al que han ido a parar los activos basura de las entidades financieras intervenidas por el Estado a raíz de la crisis. Estos bancos nacionalizados eran BFA-Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco-Banco Gallego y Banco de Valencia, junto con otros en “fase de reestructuración o resolución”, el Banco Mare Nostrum, CEISS, Caja3 y Liberbank.
Es, por lo tanto, una sociedad en el que el 45% del capital es público y el 55% privado, incorporándose a ella los bancos Deutsche Bank, Barclays Bank, Ibercaja, Bankinter, Unicaja, Cajamar, Caja Laboral, Banca March, Cecabank, Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Banco Popular, Kutxabank, Banco Caminos y Banco Cooperativo Español y las aseguradoras Mapfre, Mutua Madrileña, Catalana Occidente, Generali, Zurich, Seguros Santa Lucía, Reale, Pelayo Seguros, Asisa y Axa.
El objetivo de este banco malo sin licencia bancaria era deshacerse en un plazo de 15 años de todos sus activos, y ahora también será intentar construir un campo de golf en Torreblanca o sumarse a la triste lista de pufos. Lo que pase antes.

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La apertura de las plicas para la adjudicación del proyecto de golf en Torrenostra en los sectores 4, 7, 8, 9 y 10 de la Homologación del Litoral, que tenía lugar el pasado 29 de octubre, aporta un sorprendente giro de los acontecimientos en esta tortuosa tramitación urbanística que camina hacia los 20 años de esperanzas, ilusiones, decepciones, fracasos e intereses cruzados a golpe de dramáticos efectos, como si de una historia de suspense de serie B se tratase.
Al desvelar el contenido del sobre cerrado, Sareb, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, se perfila como el único aspirante a la adjudicación, ya que al presentarse como una Agrupación de Interés Urbanístico –una figura legal dentro del urbanismo que da prioridad a la adjudicación a los propietarios de terrenos dentro del ámbito del proyecto que pretendan gestionar el desarrollo- cuentan con la adjudicación prioritaria. La Sareb se presenta como propietaria del 65% de los terrenos del PAI, tal como explicaba la concejala de Urbanismo, Rosana Villanueva.
A esta ventaja inicial se suma la posibilidad de que la empresa que originalmente tuvo la adjudicación del proyecto urbanístico más importante de la historia de Torreblanca –después de los legendarios pufos de la Venecia del Prat y EuroDisney- Urbanizadora Torremar, se sume al proyecto, tal como habría manifestado al consistorio el administrador concursal. Esto supondría la aportación de los terrenos del campo de golf, 600.000 metros cuadrados que en las bases de ejecución a licitación no aparecían incluidos en el programa, resolviendo uno de los principales escollos para el proyecto, ejecutar la urbanización de un desarrollo basado en el atractivo del golf sin campo de golf.
La incorporación de Urbanizadora Torremar, actualmente en concurso de acreedores, representaría una de las paradojas que rodean este proyecto, ya que después de que el Ayuntamiento de Torreblanca le retirase la condición de Agente Urbanizador por su incapacidad para llevar a término el desarrollo urbanístico, este conglomerado empresarial volvería a formar parte del mismo por la puerta de atrás, en virtud de la propiedad de los terrenos del campo de golf. Vaya viaje para volver al mismo sitio.
Desde el equipo de gobierno de Torreblanca, formado por cuatro ediles del PSPV, dos ediles expulsados de Ciudadanos, y dos de Compromís (uno de ellos, Carlos García, con la espada de Damocles del expediente de expulsión que tramita la Comisión de Garantías de la coalición), la noticia ha sido recibida con alegría y alivio, puesto que representa la apuesta definitiva para salvar una legislatura gris en lo que a gestión y proyectos se refiere.
La precipitación de todo este entramado urbanístico la pone de manifiesto un detalle como que la Sareb no cuenta con la calificación para realizar este tipo de actividades empresariales, por lo que deberá tramitarla y obtenerla antes de poder firmar el convenio urbanístico que dará el pistoletazo de salida a la elección mediante concurso público de la empresa que ejecutará las obras, según explican fuentes municipales.
Aunque no existen plazos definidos, la esperanza en el consistorio torreblanquino está puesta en una firma de convenio a más tardar a principio de 2019, momento desde el que empezaría a contar el plazo de cinco años que la condición de Suelo Transitorio que le otorga el PATIVEL le obliga a cumplir al adjudicatario, so pena de que los terrenos reviertan a suelo rústico protegido a lo largo de toda la franja litoral.
El PAI afecta a una superficie de 1.910.254 m², con un campo de 18 hoyos de 607.719 m², aunque en las bases particulares de la licitación se circunscriben a una superficie urbanizada de 1.233.255 m², creando 245 viviendas unifamiliares, en primera línea de mar, otras 106 de unifamiliar aislado pareada, 132 de residencial adosada y 3.936 apartamentos. El proyecto de la urbanización contempla también tres hoteles, centros comerciales, pistas de tenis, un campo de fútbol y zonas verdes.
La Sareb
La Wikipedia tiene un muy feo concepto de lo que es la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, calificándolo de Banco Malo, al que han ido a parar los activos basura de las entidades financieras intervenidas por el Estado a raíz de la crisis. Estos bancos nacionalizados eran BFA-Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco-Banco Gallego y Banco de Valencia, junto con otros en “fase de reestructuración o resolución”, el Banco Mare Nostrum, CEISS, Caja3 y Liberbank.
Es, por lo tanto, una sociedad en el que el 45% del capital es público y el 55% privado, incorporándose a ella los bancos Deutsche Bank, Barclays Bank, Ibercaja, Bankinter, Unicaja, Cajamar, Caja Laboral, Banca March, Cecabank, Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Banco Popular, Kutxabank, Banco Caminos y Banco Cooperativo Español y las aseguradoras Mapfre, Mutua Madrileña, Catalana Occidente, Generali, Zurich, Seguros Santa Lucía, Reale, Pelayo Seguros, Asisa y Axa.
El objetivo de este banco malo sin licencia bancaria era deshacerse en un plazo de 15 años de todos sus activos, y ahora también será intentar construir un campo de golf en Torreblanca o sumarse a la triste lista de pufos. Lo que pase antes.













