Día Sábado, 25 de Octubre de 2025
Mudanzas
Los españoles se plantean cada vez más mudarse de la ciudad para vivir en el campo
La actual pandemia de COVID-19, que mantiene en vilo a la totalidad de la población mundial, ha acarreado importantes consecuencias sanitarias, políticas y económicas, pero también ha hecho que los seres humanos nos replanteemos cuestiones tan importantes cómo nuestro estilo de vida, el trabajo, las relaciones con los demás y nuestro lugar de residencia.
Desde los rigores del primer confinamiento total, muchas familias españolas se han replanteado su lugar de residencia, buscando alejarse de las ciudades con grandes núcleos de población y también las evidentes ventajas que aporta la vida en las zonas rurales o en pueblos pequeños. No son pocos los zaragozanos, por ejemplo, que han tecleado en el buscador de su ordenador mudanzas zaragoza, para informarse sobre las tarifas para trasladar sus muebles y enseres hacia otra localidad de menor tamaño respecto a la capital aragonesa, a otra provincia de la comunidad autónoma o incluso a una región diferente.
La pandemia nos ha hecho valorar la necesidad de contar con un entorno más saludable –no olvidemos que la contaminación de las grandes ciudades provoca enfermedades respiratorias que están presentes en los peores cuadros clínicos de los contagiados por COVID-19-, tanto para nosotros como para nuestros hijos. La proliferación del teletrabajo en un gran número de empresas y profesionales, unido a una mayor conectividad por medio de internet y las nuevas tecnologías, ha facilitado la posibilidad de poder atender nuestro trabajo sin importar desde donde lo estamos realizando.
En los últimos años las cifras de población que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística han evidenciado que el éxodo de los habitantes del mundo rural hacia grandes ciudades como Madrid o Barcelona ha sido constante. Sin embargo, en los meses que llevamos de pandemia mundial, esa tendencia se está revirtiendo paulatinamente. Son muchos los españoles que dejan sus viviendas y almacenan lo que no pueden transportar inmediatamente en guardamuebles zaragoza, para buscar una mejor calidad de vida en lo que hasta hace poco se denominaba la España Vaciada, que ahora vive una importante oportunidad para recuperar la población que años de migraciones fue mermando poco a poco.
En el año 2019 menos del 20% de la población. Según un estudio de la Fundación BBVA-IVIE, en base a los criterios europeos es posible estimar que la población rural representa actualmente en España el 17,2% del total, 8,1 millones de personas, de las cuales 6,4 millones residen en municipios rurales. El 82,8% restante (38,8 millones) es población urbana en sentido amplio. Existen, además, 111 aglomeraciones urbanas de alta densidad, que albergan al 51% de la población española. Tres, Madrid, Barcelona y Valencia, superan el millón de habitantes y cuatro más —Bilbao, Sevilla, Zaragoza y Málaga— se sitúan entre el medio millón y el millón de habitantes.
Está bien documentado a lo largo de la historia el paulatino éxodo desde el campo hacia las grandes ciudades. Si en la antigüedad los campesinos se trasladaban al entorno de los grandes núcleos de población, habitualmente amurallados y con contingentes militares, en busca de seguridad y protección frente a los ataques de ejércitos enemigos o asaltantes, así como para encontrar mercados en los que ofrecer sus productos, desde la Revolución Industrial la búsqueda de trabajo y oportunidades ha sido el motor de los flujos migratorios. Ahora, al parecer, esa tendencia podría estar cambiando.
La actual pandemia de COVID-19, que mantiene en vilo a la totalidad de la población mundial, ha acarreado importantes consecuencias sanitarias, políticas y económicas, pero también ha hecho que los seres humanos nos replanteemos cuestiones tan importantes cómo nuestro estilo de vida, el trabajo, las relaciones con los demás y nuestro lugar de residencia.
Desde los rigores del primer confinamiento total, muchas familias españolas se han replanteado su lugar de residencia, buscando alejarse de las ciudades con grandes núcleos de población y también las evidentes ventajas que aporta la vida en las zonas rurales o en pueblos pequeños. No son pocos los zaragozanos, por ejemplo, que han tecleado en el buscador de su ordenador mudanzas zaragoza, para informarse sobre las tarifas para trasladar sus muebles y enseres hacia otra localidad de menor tamaño respecto a la capital aragonesa, a otra provincia de la comunidad autónoma o incluso a una región diferente.
La pandemia nos ha hecho valorar la necesidad de contar con un entorno más saludable –no olvidemos que la contaminación de las grandes ciudades provoca enfermedades respiratorias que están presentes en los peores cuadros clínicos de los contagiados por COVID-19-, tanto para nosotros como para nuestros hijos. La proliferación del teletrabajo en un gran número de empresas y profesionales, unido a una mayor conectividad por medio de internet y las nuevas tecnologías, ha facilitado la posibilidad de poder atender nuestro trabajo sin importar desde donde lo estamos realizando.
En los últimos años las cifras de población que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística han evidenciado que el éxodo de los habitantes del mundo rural hacia grandes ciudades como Madrid o Barcelona ha sido constante. Sin embargo, en los meses que llevamos de pandemia mundial, esa tendencia se está revirtiendo paulatinamente. Son muchos los españoles que dejan sus viviendas y almacenan lo que no pueden transportar inmediatamente en guardamuebles zaragoza, para buscar una mejor calidad de vida en lo que hasta hace poco se denominaba la España Vaciada, que ahora vive una importante oportunidad para recuperar la población que años de migraciones fue mermando poco a poco.
En el año 2019 menos del 20% de la población. Según un estudio de la Fundación BBVA-IVIE, en base a los criterios europeos es posible estimar que la población rural representa actualmente en España el 17,2% del total, 8,1 millones de personas, de las cuales 6,4 millones residen en municipios rurales. El 82,8% restante (38,8 millones) es población urbana en sentido amplio. Existen, además, 111 aglomeraciones urbanas de alta densidad, que albergan al 51% de la población española. Tres, Madrid, Barcelona y Valencia, superan el millón de habitantes y cuatro más —Bilbao, Sevilla, Zaragoza y Málaga— se sitúan entre el medio millón y el millón de habitantes.
Está bien documentado a lo largo de la historia el paulatino éxodo desde el campo hacia las grandes ciudades. Si en la antigüedad los campesinos se trasladaban al entorno de los grandes núcleos de población, habitualmente amurallados y con contingentes militares, en busca de seguridad y protección frente a los ataques de ejércitos enemigos o asaltantes, así como para encontrar mercados en los que ofrecer sus productos, desde la Revolución Industrial la búsqueda de trabajo y oportunidades ha sido el motor de los flujos migratorios. Ahora, al parecer, esa tendencia podría estar cambiando.