Día Viernes, 12 de Septiembre de 2025
COVID-19
Los expertos recomiendan la ventilación de espacios cerrados para prevenir contagios de COVID-19
La ventilación de los espacios cerrados que utilizamos de manera cotidiana, tanto el interior de nuestros hogares como las oficinas, espacios de trabajo o comercios y establecimientos de restauración, ha sido siempre importante para mantener un entorno acogedor y saludable. No obstante, la renovación y desinfección del aire que respiramos se ha convertido en un aspecto mucho más importante desde la irrupción de la pandemia de SARS-CoV-2, más conocido como COVID-19.
Desde que afrontamos este reto para la salud pública mundial, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y las diferentes autoridades sanitarias de España han señalado la ventilación de los espacios cerrados como uno de los elementos más importantes de la prevención de los contagios, junto con la limpieza de superficies, la distancia personal y el uso de mascarillas.
Existen diferentes tecnologías para la purificación del aire, pero no siempre son aconsejables, según los expertos. Por ese motivo, como complemento a la ventilación de las estancias mediante la apertura de las ventanas, se deben aplicar tecnologías que no supongan un perjuicio para las personas y sean eficaces contra virus y bacterias. Es el caso de purificadores de aire como Wellisair, que funcionan difuminando en el ambiente los OH o Radicales Hidroxilo que permiten limpiar y desinfectar tanto el espacio respirable como las superficies. Por el contrario, existen otras que no tienen los efectos beneficiosos que se esperan. De hecho, para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los purificadores de aire de Rayos UV no son recomendables por ser potencialmente peligrosos, mientras que los ionizadotes ofrecen más inconvenientes que ventajas. Los generadores de ozono no están recomendados ni registrador por la Organización Mundial de la Salud ni el Ministerio de Sanidad y se ha constatado que irritan el tracto respiratorio.
El principio básico de la purificación y renovación del aire de una estancia es que ese espacio cerrado será más seguro si se reemplaza el aire interior con aire exterior fresco. Aunque esto se puede conseguir en nuestros hogares abriendo puertas y ventanas, no siempre se consigue una ventilación óptima para reducir la carga viral en el ambiente.
Además, cuando las condiciones climatológicas, como las recientes nevadas, frío extremo, lluvias intensas o fuertes rachas de viento, no siempre podemos tener las ventanas abiertas el tiempo suficiente como para la adecuada ventilación de las habitaciones, además de que nos hace pasar más tiempo en casa, lo que incrementa el CO2 en el ambiente.
El empleo de purificadores de aire basados en la tecnología que emplea radical hidroxilo (OH), un oxidante natural que es de vital importancia en la eliminación de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o el metano, genera un efecto de “explosión respiratoria” que provoca reacciones en cadena mediante las que se eliminan de forma rápida y efectiva los microorganismos patógenos de una estancia de hasta 60 metros cuadrados. Esto se consigue mediante un proceso de oxidación débil que ataca a las glicoproteínas estructurales de todo tipo de virus hongos y bacterias, anulándolos en cuestión de segundos, oxidando naturalmente al patógeno y eliminándolo.
La ventilación de los espacios cerrados que utilizamos de manera cotidiana, tanto el interior de nuestros hogares como las oficinas, espacios de trabajo o comercios y establecimientos de restauración, ha sido siempre importante para mantener un entorno acogedor y saludable. No obstante, la renovación y desinfección del aire que respiramos se ha convertido en un aspecto mucho más importante desde la irrupción de la pandemia de SARS-CoV-2, más conocido como COVID-19.
Desde que afrontamos este reto para la salud pública mundial, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y las diferentes autoridades sanitarias de España han señalado la ventilación de los espacios cerrados como uno de los elementos más importantes de la prevención de los contagios, junto con la limpieza de superficies, la distancia personal y el uso de mascarillas.
Existen diferentes tecnologías para la purificación del aire, pero no siempre son aconsejables, según los expertos. Por ese motivo, como complemento a la ventilación de las estancias mediante la apertura de las ventanas, se deben aplicar tecnologías que no supongan un perjuicio para las personas y sean eficaces contra virus y bacterias. Es el caso de purificadores de aire como Wellisair, que funcionan difuminando en el ambiente los OH o Radicales Hidroxilo que permiten limpiar y desinfectar tanto el espacio respirable como las superficies. Por el contrario, existen otras que no tienen los efectos beneficiosos que se esperan. De hecho, para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los purificadores de aire de Rayos UV no son recomendables por ser potencialmente peligrosos, mientras que los ionizadotes ofrecen más inconvenientes que ventajas. Los generadores de ozono no están recomendados ni registrador por la Organización Mundial de la Salud ni el Ministerio de Sanidad y se ha constatado que irritan el tracto respiratorio.
El principio básico de la purificación y renovación del aire de una estancia es que ese espacio cerrado será más seguro si se reemplaza el aire interior con aire exterior fresco. Aunque esto se puede conseguir en nuestros hogares abriendo puertas y ventanas, no siempre se consigue una ventilación óptima para reducir la carga viral en el ambiente.
Además, cuando las condiciones climatológicas, como las recientes nevadas, frío extremo, lluvias intensas o fuertes rachas de viento, no siempre podemos tener las ventanas abiertas el tiempo suficiente como para la adecuada ventilación de las habitaciones, además de que nos hace pasar más tiempo en casa, lo que incrementa el CO2 en el ambiente.
El empleo de purificadores de aire basados en la tecnología que emplea radical hidroxilo (OH), un oxidante natural que es de vital importancia en la eliminación de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o el metano, genera un efecto de “explosión respiratoria” que provoca reacciones en cadena mediante las que se eliminan de forma rápida y efectiva los microorganismos patógenos de una estancia de hasta 60 metros cuadrados. Esto se consigue mediante un proceso de oxidación débil que ataca a las glicoproteínas estructurales de todo tipo de virus hongos y bacterias, anulándolos en cuestión de segundos, oxidando naturalmente al patógeno y eliminándolo.