Día Sábado, 18 de Octubre de 2025
¿Por qué regalar un ramo de rosas blancas en San Valentín?
La tradición de regalar flores para celebrar el día de San Valentín evoca al almendro de flores rosas que se plantó en memoria de este sacerdote que vivió y murió en la Roma del emperador Claudio II (Siglo III). Ese es el motivo que se esconde tras la costumbre de regalar, por ejemplo, un ramo de rosas blancas a la persona amada en esta fecha y que ha trascendido más allá de la religión católica, extendiéndose por todo el mundo.
La triste historia de San Valentín en tiempos del Imperio Romano cuenta que el sacerdote burló la prohibición del emperador de que se celebraran bodas de parejas jóvenes. Esto se debe a que los gobernantes pensaban que los soldados que no tenían ninguna carga familiar luchaban mejor en las guerras, por lo que impedían la unión de jóvenes matrimonios, para que los jóvenes en edad de servir en el ejército no tuvieran ninguna atadura que los limitara en el combate.
El sacerdote continuó celebrando las bodas en secreto, hasta que llegó a oídos del emperador, quien ordenó que fuera detenido inmediatamente para darle un severo castigo. Cuenta la historia que estando preso, San Valentín fue desafiado por uno de sus carceleros a que curara la ceguera de su hija. El sacerdote lo hizo, pero eso no fue impedimento para que se cumpliera su sentencia a muerte. Sin embargo, el carcelero y toda su familia, al ver el milagro que había obrado, se convirtieron al catolicismo y la hija que había recuperado la vista quiso recordar a San Valentín plantando un almendro de flores rosas en su memoria.
Pero la celebración de San Valentín tiene diferentes variantes en distintos países del mundo. En Guatemala se celebra el Día del Cariño, que se extiende más allá del amor romántico para abarcar el amor por la familia, los amigos y los compañeros de trabajo. Un concepto similar se utiliza en Japón, y son únicamente las mujeres las que hacen un regalo a los hombres en ese día. Normalmente se regala un chocolate, giri choco para amigos y compañeros de trabajo y honmei choco para mostrar amor romántico por otra persona. El turno para que sean los hombres los que hagan el regalo, también en forma de chocolate, pero también todo tipo de dulces e incluso joyas, es el 14 de marzo, el conocido como Día Blanco.
En Dinamarca tienen su particular versión de San Valentín, un día en el que los admiradores secretos envían cartas de broma a las mujeres objeto de su amor; mientras que en Filipinas la fecha se aprovecha para celebrar bodas masivas organizadas por el gobierno para las parejas con pocos recursos para costearse una boda.
En Francia, cerca de París (tradicionalmente conocida como la Ciudad del Amor), encontramos el pueblo de Saint Valentin, donde se celebra un gran festival en torno a esta festividad y en el que se encuentra el Jardín de los enamorados, en el que las parejas se pueden dedicar un árbol el uno al otro como recuerdo viviente de su amor.
La tradición de regalar flores para celebrar el día de San Valentín evoca al almendro de flores rosas que se plantó en memoria de este sacerdote que vivió y murió en la Roma del emperador Claudio II (Siglo III). Ese es el motivo que se esconde tras la costumbre de regalar, por ejemplo, un ramo de rosas blancas a la persona amada en esta fecha y que ha trascendido más allá de la religión católica, extendiéndose por todo el mundo.
La triste historia de San Valentín en tiempos del Imperio Romano cuenta que el sacerdote burló la prohibición del emperador de que se celebraran bodas de parejas jóvenes. Esto se debe a que los gobernantes pensaban que los soldados que no tenían ninguna carga familiar luchaban mejor en las guerras, por lo que impedían la unión de jóvenes matrimonios, para que los jóvenes en edad de servir en el ejército no tuvieran ninguna atadura que los limitara en el combate.
El sacerdote continuó celebrando las bodas en secreto, hasta que llegó a oídos del emperador, quien ordenó que fuera detenido inmediatamente para darle un severo castigo. Cuenta la historia que estando preso, San Valentín fue desafiado por uno de sus carceleros a que curara la ceguera de su hija. El sacerdote lo hizo, pero eso no fue impedimento para que se cumpliera su sentencia a muerte. Sin embargo, el carcelero y toda su familia, al ver el milagro que había obrado, se convirtieron al catolicismo y la hija que había recuperado la vista quiso recordar a San Valentín plantando un almendro de flores rosas en su memoria.
Pero la celebración de San Valentín tiene diferentes variantes en distintos países del mundo. En Guatemala se celebra el Día del Cariño, que se extiende más allá del amor romántico para abarcar el amor por la familia, los amigos y los compañeros de trabajo. Un concepto similar se utiliza en Japón, y son únicamente las mujeres las que hacen un regalo a los hombres en ese día. Normalmente se regala un chocolate, giri choco para amigos y compañeros de trabajo y honmei choco para mostrar amor romántico por otra persona. El turno para que sean los hombres los que hagan el regalo, también en forma de chocolate, pero también todo tipo de dulces e incluso joyas, es el 14 de marzo, el conocido como Día Blanco.
En Dinamarca tienen su particular versión de San Valentín, un día en el que los admiradores secretos envían cartas de broma a las mujeres objeto de su amor; mientras que en Filipinas la fecha se aprovecha para celebrar bodas masivas organizadas por el gobierno para las parejas con pocos recursos para costearse una boda.
En Francia, cerca de París (tradicionalmente conocida como la Ciudad del Amor), encontramos el pueblo de Saint Valentin, donde se celebra un gran festival en torno a esta festividad y en el que se encuentra el Jardín de los enamorados, en el que las parejas se pueden dedicar un árbol el uno al otro como recuerdo viviente de su amor.