Ribera de Cabanes
Tony Cueros, la artesanía del cuero de la Patagonia hasta la Ribera de Cabanes
Tony García, maestro talabartero: “Lo que está por delante es el trabajo, no el artesano”
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Tony Cueros es un taller de artesanía en cuero ubicado en La Ribera de Cabanes, pero cuyo trabajo se ha convertido en su mejor tarjeta de presentación y en sinónimo de calidad. El amor por los detalles, el respeto a los materiales y la continuada búsqueda de la innovación lo han convertido en un referente en el trabajo artesanal del cuero. Desde su tienda online proyecta a esta pequeña pedanía de Cabanes al mundo a través de sus diseños, sus acabados de lujo y su amor por un oficio ancestral.
La marca ofrece el valor añadido de la elaboración artesanal, completamente personalizada y a medida de las necesidades de cada individuo, unida a la calidad de los materiales y el diseño cuidado, que puede situar estos productos a nivel de las marcas más prestigiosas del mercado. El escaparate de la venta online lleva la artesanía de la provincia de Castellón a todos los rincones del país y del extranjero, con un valioso mensaje grabado a fuego en el cuero la pasión por una artesanía universal que se fundamenta en el respeto a los tiempos, los detalles, los procesos y, sobre todo, el respeto al cliente.
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Tony García nació en Neuquén, la Patagonia (Argentina), hace 63 años y desde niño aprendió el oficio de sus abuelos, que trabajaban en la elaboración de sillas de montar, cabezadas, guarniciones y aperos empleados en el mundo del caballo, una labor completamente artesanal “cosiendo y cortando todo a mano, con muy pocas herramientas”, destaca el talabartero. Criado en ese entorno, tomó como suyo el ancestral oficio de su familia y empezó un aprendizaje “sin buscarlo”, que le llevó con 17 años a comenzar a atender los pedidos de sus amigos, que le encargaban trabajos elaborados con cuero. El oficio había ido a él. “No era mi sueño de niño ser talabartero, como otros niños sueñan con ser policías o bomberos. Pasó así”. De ese modo, pasados los años, a la muerte de sus abuelos y su padre, heredó el taller familiar.
No obstante, el destino lo llevaría hasta Suiza con tan solo 26 años de edad de la mano de una empresa que se instaló en la región y su ofició viajó con él hasta Europa, donde creó un taller de cuero en Zurich, donde trabajó por espacio casi de 19 años. Mientras residía en Suiza, Tony visitaba cada año España por vacaciones, hasta que finalmente decidió establecerse en Castellón hace cerca de 20 años, donde trasladó su taller cuando conoció a su esposa, Nelia Valls, a quien también inició en el trabajo del cuero para comenzar juntos un proyecto empresarial y de vida. Desde hace unos años, el taller de Tony Cueros se trasladó a La Ribera de Cabanes, desde donde han continuado su labor, tanto en la creación de productos elaborados con cuero de alta calidad y procedimientos totalmente artesanales, como de divulgación de esta artesanía ofreciendo charlas, cursos de iniciación y seminarios, en los que trata de que no se pierda un trabajo que es antiguo como la propia humanidad, el trabajo del cuero.
Nelia lo describe como “un buen maestro”, que le enseñó el oficio desde cero, “lo dejé todo y llevamos 20 años trabajando. Aunque es difícil aprenderlo todo, influye mucho en lo que aprendes la persona que te enseña. Paso a paso. En esta o en cualquier profesión”, explica.
![[Img #84443]](http://el7set.es/upload/images/12_2021/7371_1_96f94aad-a70c-4be8-a333-5ac6b4e72c66_2048x.jpg)
Uno de los principales mercados de esta marca es el mundo biker, dada la estrecha relación que la estética motera tiene con los productos de cuero, tanto en la ropa y los complementos como billeteras, mochilas o cinturones como en la talabartería dirigida a la decoración y equipamiento de las motocicletas, para las que elabora alforjas, cofres, asientos o recubrimientos para los depósitos de gasolina completamente personalizados y hechos a medida.
La singularidad de las obras de este maestro talabartero radica en el cuidado de los detalles, la precisión en los acabados y el respeto por el material y el cliente. Un trabajo manual, de artesano enamorado de su obra, se distingue fácilmente de los productos industriales, precisamente porque se concibe como un objeto en el que se tienen que enlazar la utilidad práctica con la belleza del diseño. Un proceso que comienza desde la elección de los materiales, el color, los accesorios que lo adornarán, para crear un conjunto armónico. De la idea inicial y el diseño se pasa a la creación de las plantillas desde las que se realiza el corte del cuero, un cosido cuidadoso y esmerado, “porque todas las costuras van a quedar a la vista”, destaca. Todo el procedimiento es extremadamente cuidadoso, hay que recordar en todo momento que se está manipulando un material delicado, que se puede estropear si se le trata mal, por lo que el artesano debe ser prolijo en el teñido, trazar líneas armoniosas, cuidar los acabados, el pulido del cuero o los grabados que se realicen. En cada paso no hay vuelta atrás, ni capacidad de enmienda o de borrar lo que se hace mal. De ahí su valor, su singularidad y su atractivo.
![[Img #84444]](http://el7set.es/upload/images/12_2021/3913_1_fe03be39-9142-41b2-b68a-6d31b40ce75e_300x.jpg)
![[Img #84442]](http://el7set.es/upload/images/12_2021/9319_5_e6abcf5d-c504-4516-b701-701b6834d7b0_300x.jpg)
El artesano comparte con nosotros su visión del oficio, que trasciende las diferencias culturales, las nacionalidades, las fronteras y los idiomas, que trabaja el cuero como la humanidad lleva haciendo desde antiguo en Europa, América o Asia, “hay que tener una cierta inquietud por el oficio, para seguir descubriendo cosas, tintes, combinaciones de colores, de materiales, salirse de la norma, seguir experimentando, ir avanzando”, para de ese modo continuar con esa historia de amor que debe sentir un artesano por su obra. Por medio de la creatividad, se evita quedarse en lo que se aprendió al principio, descubriendo más técnicas para dar un paso adelante. El secreto para mantenerse vigente, tal como reconoce, es lograr la fusión de un oficio viejo con la tecnología, algo que se logra a través del diseño.
El contacto con artesanos de todo el mundo, a través de reuniones anuales en las que se comparten conocimientos, las revistas especializadas o internet, le hacen descubrir nuevas técnicas, productos o herramientas, aunque considera que las manos del artesano son la principal herramienta, “la destreza está en uno, no en las herramientas, el proceso está en uno. Porque todo lleva un tiempo y un proceso”, señala, y añade “me acostumbré a los detalles, a profundizar más, para crear productos con identidad propia”, una mentalidad que habla a las claras de la tremenda cantidad de detalles y horas de trabajo que esconde cada pieza.
Los trabajos de Tony García han recibido el reconocimiento entre la comunidad motera, participando en concentraciones que lo llevan a participar cada año en las que se celebran en Alcossebre, Bilbao, Barcelona, Madrid o recientemente en Teulada. Desde su tienda online, donde se puede conocer una parte de su catálogo, vende a todo el mundo, pero ha contado con ilustres clientes, que han confiado en su buen hacer para hacerle encargos personalizados.
Es el caso del conocido mago castellonense Yunke, para quien desde hace años elabora camisas de fuerza personalizadas. Sus trabajos también se han podido ver en las pantallas de televisión a través del Canal Historia, en la serie documental Territorio Templario. El encargo para recrear los accesorios que utilizaban los caballeros medievales nació de su colaboración previa con entidades como Els Caballers de la Conquesta de Castellón, para quienes hacía los talabartes, de los que toma este oficio su nombre, que son los cinturones de los que se colgaban las espadas. Para recrear las guarniciones que podían haber empleado los Templarios en su tiempo Tony García puso a prueba su creatividad, “para entrar en la mente de un artesano de hace 500 años, usar las herramientas que pudo emplear en ese momento y tener un respeto absoluto por esa tradición que heredamos”.
La apreciación de la artesanía en cuero requiere de una comprensión de lo que representa. Como explica el maestro talabartero, “es el amor, la pasión, el cariño que le ponemos, porque estás haciendo algo que te gusta”. Por eso le gusta aportar un valor añadido a sus obras, la honestidad. La posibilidad de mostrarle al cliente el proceso, el respeto, el protagonismo del trabajo, con un trato personal, “sin engaños, para que sepan lo que tiene en sus manos y cómo se ha hecho. Lo que está por delante es el trabajo, no el artesano”.
El secreto para llevar tantos años en este oficio, para Tony es sencillo, “hacer las cosas a gusto. Hacer las cosas bien desde el comienzo”.
![[Img #84441]](http://el7set.es/upload/images/12_2021/8112_6961_img_1299.jpg)
Ahora en Tony Cueros tienen como proyecto de futuro seguir dando proyección a su tienda online y comenzar el año próximo con más cursos y seminarios, “transmitir un poco de este oficio, para que no se pierdan oficios como este. Para que la gente se acerque a esta artesanía, que lo aprenda por el gusto de aprenderlo, no necesariamente porque tenga que dedicarse a esto. Es como aprender cerámica, pero en el caso de la talabartería se requieren menos herramientas para poder comenzar a trabajar”.
Tony Cueros es un taller de artesanía en cuero ubicado en La Ribera de Cabanes, pero cuyo trabajo se ha convertido en su mejor tarjeta de presentación y en sinónimo de calidad. El amor por los detalles, el respeto a los materiales y la continuada búsqueda de la innovación lo han convertido en un referente en el trabajo artesanal del cuero. Desde su tienda online proyecta a esta pequeña pedanía de Cabanes al mundo a través de sus diseños, sus acabados de lujo y su amor por un oficio ancestral.
La marca ofrece el valor añadido de la elaboración artesanal, completamente personalizada y a medida de las necesidades de cada individuo, unida a la calidad de los materiales y el diseño cuidado, que puede situar estos productos a nivel de las marcas más prestigiosas del mercado. El escaparate de la venta online lleva la artesanía de la provincia de Castellón a todos los rincones del país y del extranjero, con un valioso mensaje grabado a fuego en el cuero la pasión por una artesanía universal que se fundamenta en el respeto a los tiempos, los detalles, los procesos y, sobre todo, el respeto al cliente.
Tony García nació en Neuquén, la Patagonia (Argentina), hace 63 años y desde niño aprendió el oficio de sus abuelos, que trabajaban en la elaboración de sillas de montar, cabezadas, guarniciones y aperos empleados en el mundo del caballo, una labor completamente artesanal “cosiendo y cortando todo a mano, con muy pocas herramientas”, destaca el talabartero. Criado en ese entorno, tomó como suyo el ancestral oficio de su familia y empezó un aprendizaje “sin buscarlo”, que le llevó con 17 años a comenzar a atender los pedidos de sus amigos, que le encargaban trabajos elaborados con cuero. El oficio había ido a él. “No era mi sueño de niño ser talabartero, como otros niños sueñan con ser policías o bomberos. Pasó así”. De ese modo, pasados los años, a la muerte de sus abuelos y su padre, heredó el taller familiar.
No obstante, el destino lo llevaría hasta Suiza con tan solo 26 años de edad de la mano de una empresa que se instaló en la región y su ofició viajó con él hasta Europa, donde creó un taller de cuero en Zurich, donde trabajó por espacio casi de 19 años. Mientras residía en Suiza, Tony visitaba cada año España por vacaciones, hasta que finalmente decidió establecerse en Castellón hace cerca de 20 años, donde trasladó su taller cuando conoció a su esposa, Nelia Valls, a quien también inició en el trabajo del cuero para comenzar juntos un proyecto empresarial y de vida. Desde hace unos años, el taller de Tony Cueros se trasladó a La Ribera de Cabanes, desde donde han continuado su labor, tanto en la creación de productos elaborados con cuero de alta calidad y procedimientos totalmente artesanales, como de divulgación de esta artesanía ofreciendo charlas, cursos de iniciación y seminarios, en los que trata de que no se pierda un trabajo que es antiguo como la propia humanidad, el trabajo del cuero.
Nelia lo describe como “un buen maestro”, que le enseñó el oficio desde cero, “lo dejé todo y llevamos 20 años trabajando. Aunque es difícil aprenderlo todo, influye mucho en lo que aprendes la persona que te enseña. Paso a paso. En esta o en cualquier profesión”, explica.
Uno de los principales mercados de esta marca es el mundo biker, dada la estrecha relación que la estética motera tiene con los productos de cuero, tanto en la ropa y los complementos como billeteras, mochilas o cinturones como en la talabartería dirigida a la decoración y equipamiento de las motocicletas, para las que elabora alforjas, cofres, asientos o recubrimientos para los depósitos de gasolina completamente personalizados y hechos a medida.
La singularidad de las obras de este maestro talabartero radica en el cuidado de los detalles, la precisión en los acabados y el respeto por el material y el cliente. Un trabajo manual, de artesano enamorado de su obra, se distingue fácilmente de los productos industriales, precisamente porque se concibe como un objeto en el que se tienen que enlazar la utilidad práctica con la belleza del diseño. Un proceso que comienza desde la elección de los materiales, el color, los accesorios que lo adornarán, para crear un conjunto armónico. De la idea inicial y el diseño se pasa a la creación de las plantillas desde las que se realiza el corte del cuero, un cosido cuidadoso y esmerado, “porque todas las costuras van a quedar a la vista”, destaca. Todo el procedimiento es extremadamente cuidadoso, hay que recordar en todo momento que se está manipulando un material delicado, que se puede estropear si se le trata mal, por lo que el artesano debe ser prolijo en el teñido, trazar líneas armoniosas, cuidar los acabados, el pulido del cuero o los grabados que se realicen. En cada paso no hay vuelta atrás, ni capacidad de enmienda o de borrar lo que se hace mal. De ahí su valor, su singularidad y su atractivo.
El artesano comparte con nosotros su visión del oficio, que trasciende las diferencias culturales, las nacionalidades, las fronteras y los idiomas, que trabaja el cuero como la humanidad lleva haciendo desde antiguo en Europa, América o Asia, “hay que tener una cierta inquietud por el oficio, para seguir descubriendo cosas, tintes, combinaciones de colores, de materiales, salirse de la norma, seguir experimentando, ir avanzando”, para de ese modo continuar con esa historia de amor que debe sentir un artesano por su obra. Por medio de la creatividad, se evita quedarse en lo que se aprendió al principio, descubriendo más técnicas para dar un paso adelante. El secreto para mantenerse vigente, tal como reconoce, es lograr la fusión de un oficio viejo con la tecnología, algo que se logra a través del diseño.
El contacto con artesanos de todo el mundo, a través de reuniones anuales en las que se comparten conocimientos, las revistas especializadas o internet, le hacen descubrir nuevas técnicas, productos o herramientas, aunque considera que las manos del artesano son la principal herramienta, “la destreza está en uno, no en las herramientas, el proceso está en uno. Porque todo lleva un tiempo y un proceso”, señala, y añade “me acostumbré a los detalles, a profundizar más, para crear productos con identidad propia”, una mentalidad que habla a las claras de la tremenda cantidad de detalles y horas de trabajo que esconde cada pieza.
Los trabajos de Tony García han recibido el reconocimiento entre la comunidad motera, participando en concentraciones que lo llevan a participar cada año en las que se celebran en Alcossebre, Bilbao, Barcelona, Madrid o recientemente en Teulada. Desde su tienda online, donde se puede conocer una parte de su catálogo, vende a todo el mundo, pero ha contado con ilustres clientes, que han confiado en su buen hacer para hacerle encargos personalizados.
Es el caso del conocido mago castellonense Yunke, para quien desde hace años elabora camisas de fuerza personalizadas. Sus trabajos también se han podido ver en las pantallas de televisión a través del Canal Historia, en la serie documental Territorio Templario. El encargo para recrear los accesorios que utilizaban los caballeros medievales nació de su colaboración previa con entidades como Els Caballers de la Conquesta de Castellón, para quienes hacía los talabartes, de los que toma este oficio su nombre, que son los cinturones de los que se colgaban las espadas. Para recrear las guarniciones que podían haber empleado los Templarios en su tiempo Tony García puso a prueba su creatividad, “para entrar en la mente de un artesano de hace 500 años, usar las herramientas que pudo emplear en ese momento y tener un respeto absoluto por esa tradición que heredamos”.
La apreciación de la artesanía en cuero requiere de una comprensión de lo que representa. Como explica el maestro talabartero, “es el amor, la pasión, el cariño que le ponemos, porque estás haciendo algo que te gusta”. Por eso le gusta aportar un valor añadido a sus obras, la honestidad. La posibilidad de mostrarle al cliente el proceso, el respeto, el protagonismo del trabajo, con un trato personal, “sin engaños, para que sepan lo que tiene en sus manos y cómo se ha hecho. Lo que está por delante es el trabajo, no el artesano”.
El secreto para llevar tantos años en este oficio, para Tony es sencillo, “hacer las cosas a gusto. Hacer las cosas bien desde el comienzo”.
Ahora en Tony Cueros tienen como proyecto de futuro seguir dando proyección a su tienda online y comenzar el año próximo con más cursos y seminarios, “transmitir un poco de este oficio, para que no se pierdan oficios como este. Para que la gente se acerque a esta artesanía, que lo aprenda por el gusto de aprenderlo, no necesariamente porque tenga que dedicarse a esto. Es como aprender cerámica, pero en el caso de la talabartería se requieren menos herramientas para poder comenzar a trabajar”.