Pascual Masip, la pasión de plasmar el paisaje xivertense
![[Img #88429]](http://el7set.es/upload/images/07_2022/5619_img_1422.jpg)
El pintor xivertense Pascual Masip lleva más de 50 años capturando los paisajes de su tierra natal, los monumentos y todas aquellas fotografías que logran llamar su inquieta atención, siempre dispuesta a inmortalizar una luz, una sombra, una textura.
Su pasión por la pintura surgió en 1970, cuando el joven Pascual realizaba un curso industrial. Viendo a un profesor pintar un cuadro surgió la llama que desde entonces no se ha apagado, despertando su talento creador, que con el paso de los años ha ido consolidando de manera totalmente autodidacta. Su material de trabajo favorito es el óleo, pero también ha trabajado con éxito el acrílico e incluso se ha atrevido con el pirograbado, para crear paisajes conocidos de Alcalà y Alcossebre, desarrollando además técnicas para lograr relieves y texturas en sus cuadros, que nos transportan a los frentes rocosos del litoral de Alcossebre o a los rincones agrestes de las montañas de Irta.
No fue hasta el año 2013 que decidiera tomar clases para ampliar sus conocimientos y técnicas, en esta ocasión con un cursillo de dibujo de retratos a lápiz en la Asociación de Amas de Casa. Rápidamente logró dominar también la técnica del lápiz y el profesor le recomendó que comprara materiales de calidad para extraer todo su potencial. “En todo lo que tiene que ver con la pintura aprendo muy rápido y las cosas se me quedan enseguida, porque para mí esto es mi pasión”, explica el pintor.
Pascual Masip ha realizado varias exposiciones anteriormente y participa en iniciativas como la Fira de la Tomata o la de Capicorb. Sus obras han recibido importantes elogios de distinguidos artistas, como el caso de Melchor Zapata, quien apreció en una exposición la calidad de su trabajo.
Este gran apasionado del arte, no en vano ha replicado grandes obras de autores como Van Gogh, también es un gran aficionado a las antigüedades y cuenta con una amplia y variada colección de enseres de todo tipo, que ha ido atesorando a lo largo de los años, con la esperanza de que algún día puedan formar parte de un museo etnológico local para que las generaciones venideras puedan conocer los objetos cotidianos de nuestros antepasados.
El pintor xivertense Pascual Masip lleva más de 50 años capturando los paisajes de su tierra natal, los monumentos y todas aquellas fotografías que logran llamar su inquieta atención, siempre dispuesta a inmortalizar una luz, una sombra, una textura.
Su pasión por la pintura surgió en 1970, cuando el joven Pascual realizaba un curso industrial. Viendo a un profesor pintar un cuadro surgió la llama que desde entonces no se ha apagado, despertando su talento creador, que con el paso de los años ha ido consolidando de manera totalmente autodidacta. Su material de trabajo favorito es el óleo, pero también ha trabajado con éxito el acrílico e incluso se ha atrevido con el pirograbado, para crear paisajes conocidos de Alcalà y Alcossebre, desarrollando además técnicas para lograr relieves y texturas en sus cuadros, que nos transportan a los frentes rocosos del litoral de Alcossebre o a los rincones agrestes de las montañas de Irta.
No fue hasta el año 2013 que decidiera tomar clases para ampliar sus conocimientos y técnicas, en esta ocasión con un cursillo de dibujo de retratos a lápiz en la Asociación de Amas de Casa. Rápidamente logró dominar también la técnica del lápiz y el profesor le recomendó que comprara materiales de calidad para extraer todo su potencial. “En todo lo que tiene que ver con la pintura aprendo muy rápido y las cosas se me quedan enseguida, porque para mí esto es mi pasión”, explica el pintor.
Pascual Masip ha realizado varias exposiciones anteriormente y participa en iniciativas como la Fira de la Tomata o la de Capicorb. Sus obras han recibido importantes elogios de distinguidos artistas, como el caso de Melchor Zapata, quien apreció en una exposición la calidad de su trabajo.
Este gran apasionado del arte, no en vano ha replicado grandes obras de autores como Van Gogh, también es un gran aficionado a las antigüedades y cuenta con una amplia y variada colección de enseres de todo tipo, que ha ido atesorando a lo largo de los años, con la esperanza de que algún día puedan formar parte de un museo etnológico local para que las generaciones venideras puedan conocer los objetos cotidianos de nuestros antepasados.