La misa y procesión en honor a San Antonio pone punto final a las fiestas de Capicorb

Las fiestas de San Antonio de Capicorb vivieron el domingo 31 de julio la última de las jornadas de su programación con la tradicional misa y procesión por los alrededores de la emblemática ermita, en la que participaron numerosos vecinos y visitantes, así como las autoridades locales y los mayorales de este año, Carlos Sáez, Mª Pilar Conesa y su hija Almudena Sáez.

La ceremonia religiosa, oficiada por Mosen Carlos Castán, dio paso a la procesión con la imagen de San Antonio, que recorrió parte del litoral de Capicorb, para regresar de nuevo al templo.

Este ha sido un año especialmente emotivo para la familia formada por Carlos, Mª Pilar y su hija Almudena, ya que después de posponerse debido a la pandemia, han podido hacer realidad un deseo largamente esperado. Según explica Mª Pilar, sus abuelos fueron mayorales en las fiestas de San Antonio de Capicorb cuando ella tenía tan solo seis años de edad. Su deseo era poder volver a ser mayorales de nuevo junto a sus abuelos, pero ellos fallecieron tristemente en un accidente, dejando sin cumplir esa aspiración. A pesar del dolor por la pérdida, prometió que volvería a ser mayoral de San Antonio junto a su hija, tal como lo fueron sus abuelos y sus padres anteriormente, una promesa que finalmente ha podido hacer realidad con enorme emoción.

Pero la estrecha vinculación de esta familia con profundas raíces xivertenses  actualmente residente en Madrid, no termina ahí. Tal como marca la costumbre, los mayorales realizan aportaciones o mejoras en la ermita de San Antonio. En esta ocasión los mayorales han restaurado unos asientos de madera, que curiosamente fueron utilizados por  Mª Pilar y su esposo durante la ceremonia religiosa de su boda, que tuvo lugar en la misma ermita de San Antonio. Para ello requirió los servicios de una restauradora profesional, para devolver su antiguo brillo a estas piezas de mobiliario que tanto representan para la familia, descubriendo durante el proceso que estas sillas datan del año 1855, por lo que a su valor sentimental le tenemos que añadir un gran valor como piezas históricas. Además los mayorales han donado un pie para la imagen de San Antonio y una mesa auxiliar para poder emplearse en los oficios religiosos.

Mª Pilar también ha formado parte de la organización de las fiestas de Capicorb y valoraba muy positivamente la experiencia vivida durante la preparación y celebración de los festejos. “Estoy muy cansada, pero también muy satisfecha por todo, por los compañeros con los que he trabajado para organizar las fiestas, la colaboración del ayuntamiento y por cómo ha salido todo al final”, explicaba emocionada.