Gaudir: postales desde los sentidos

Sentarse a la mesa en el restaurante Gaudir de Alcossebre implica mucho más que el simple hecho de comer. Se trata de una experiencia sensorial completa, que involucra la teatralidad de los ritos ancestrales, como la ceremonia que civilizaciones de todos los tiempos alrededor del planeta han establecido en torno al té, al café, los protocolos, los ceremoniales que elevan lo común a lo excelso.

Primero el conocimiento, que se nos comparte del mismo modo que el alimento, para convertirnos en parte de ese misterio, en iniciados que son introducidos en la mística de los orígenes de los ingredientes, de los procesos que transforman la materia prima en una combinación de aromas, texturas, sabores, colores en los que se divide el todo, el conjunto completo, desde los entrantes al postre.

Guiados en este viaje de los sentidos que va de lo lejano a lo cercano, al interior, para asimilar la propuesta, asumimos el reto de interpretar lo que nos van presentando, uniendo las historias que nos narran junto a la mesa con los platos que vamos conociendo, uno a uno, como escenas de una obra teatral, que nos evade del entorno para trasladarnos a Portugal con la dulzura de una miel o devolvernos a la tierra que nos acoge para deleitarnos con una tomata de penjar y sus sabores únicas.

Divididos entre esos amores que solo pueden sembrar el conocer y el añorar, vamos desde la distancia a la proximidad, de las fronteras a los vecinos, del kilómetro cero mediterráneo a los mil kilómetros de la costa atlántica.

Una guía alquímica, de temperaturas de cocción, de ingredientes, de conocimiento antiguo y descubrimiento presente. Todo para mandar una postal que, como la carta que Ovidio imaginó que escribía Penélope a su esposo Ulises, anhela el regreso pronto del amante esquivo.