Día Viernes, 12 de Septiembre de 2025
Maribel Tárrega Toribio: la escritora que encontró su mar en Torrenostra
La escritora nacida en Benicàssim y asentada en Torrenostra presentó su última novela “Seda azul” en Torreblanca
![[Img #91293]](http://el7set.es/upload/images/11_2022/1522_img_20221104_193853_605.jpg)
La escritora benicense afincada en Torrenostra, María Isabel Tárrega Toribio, presentó este viernes 4 de noviembre su novela “Seda azul” en la Biblioteca de Torreblanca, en un acto en el que también dio a conocer su prolífica obra y sus inicios en el mundo de la literatura. Acompañada por el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Torreblanca, Rubén de la Cruz, y de la escritora torreblanquina, Cristina Laborda, la autora compartió con el público asistente los entresijos de su proceso de escritura y la temática de algunas de sus obras.
Tras la presentación y bienvenida al acto por parte del edil de Cultura, la escritora Cristina Laborda esbozó un breve perfil de la autora, que cursó el bachiller en el colegio La Consolación de Castellón, licenciada en Humanidades en la UJI y con un posgrado en Gestión del Patrimonio, que hasta su jubilación compaginó su vida laboral y familiar con su pasión por la escritura creativa.
Ha publicado varias obras, “Vivir junto al mar”, “Olor a naftalina”, “Piedras en los bolsillos para no salir volando” y “Un cocodrilo muy malo”, además de algunos relatos aparecidos en una recopilación de Fundación Isonomía de la UJI. “Seda azul” es su última novela hasta la fecha, aunque ya está trabajando en su siguiente libro, que se titulará “Nunca quise saber” que trata sobre un hombre buscando su identidad en los años 60.
Cristina Laborda describió la novela “Seda azul” como fresca y próxima, al desarrollarse en un entorno en el que cualquier lector o lectora puede verse reflejado, lo que facilita, desde las primeras páginas, la conexión entre la escritora y el lector. La novela es una historia sentimental que esconde una encubierta crítica social y está enmarcada en una serie de momentos históricos de la historia de España, como el atentado del 11 M en Atocha, el golpe de estado del 23F, la Ley del Divorcio, los cambios de gobierno a nivel nacional y regional, o el accidente del metro de Valencia en 2006. Junto a estos acontecimientos históricos, el lector también vivirá situaciones cotidianas cuestionando sus valores. La presión sobre los jóvenes para que sigan las costumbres y oficios de la familia, el papel de la esposa, los matrimonios de conveniencia, la reflexión sobre el síndrome del Nido Vacío. Del mismo modo se habla de la conducta social basada en la hipocresía y en guardar las formas, reivindicando al mismo tiempo el valor terapéutico de la sororidad, al tiempo que se critica la manipulación de los medios de comunicación para beneficiar a determinados grupos. La novela afronta los miedos al cambio y deja en evidencia el comportamiento y la forma de vida de las élites sociales y sus privilegios. Las justificaciones que esgrimen las personas a la hora de afrontar una ruptura sentimental ante terceras personas también son analizadas en esta obra. Y estas son tan solo algunas de las posibles visiones que el lector puede descubrir en las páginas de “Seda azul”, tantas como ojos las puedan leer.
Laborda describe el estilo de Maribel Tárrega como “muy natural, conoce bien de que está hablando y es muy hábil empleando frases muy cortas, pero que te dicen mucho. Para mí eso tiene mucho valor”.
En su intervención, Maribel Tárrega Toribio agradeció al concejal de Cultura su entusiasmo a la hora de organizar la presentación y a Cristina Laborda por su participación, además de señalar a las artífices de este acto literario, sus buenas amigas Encarna y Patri, que se empeñaron en hablar con el edil para impulsar la presentación.
El mar que comparten en común Benicàssim y Torreblanca representa el nexo que ha llevado a la escritora a asentar su taller de escritura en el núcleo costero de Torrenostra. Un amor por la mar que ya tenía desde niña y que se convirtió en un deseo de residir en una casa junto al mar cuando se jubilara. “Quería despertarme, ver salir el sol y ver el mar. Y aquí lo he conseguido”. El mar, ese particular mar que atesora Torrenostra, le gusta especialmente, “el mar de mi pueblo (Benicàssim) es muy bonito, también me gusta, pero este mar tiene un encanto especial y es porque es muy familiar. Yo este verano lo he disfrutado mucho, bajar a la arena, ver la gente sentada a la fresca, que en mi pueblo ya no se hace y es muy bonito. Me gustaría que se quedara así, como está y diréis que es egoísta, pero de verdad es bonito que la mar conserve toda la familiaridad que tiene aquí esta playa”.
Maribel estudió en el colegio de La Consolación desde los 9 años de edad y allí conoció a muchas compañeras que eran de Torreblanca, entre ellas María Jesús Testera, con la que ha podido volver a coincidir paseando por Torrenostra y recuperando las cosas sobre las que hablaban en su niñez.
Finalizados esos estudios iniciales, pasó a ayudar a sus padres en el negocio familiar. Después contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. Cuando estos se marcharon para estudiar fue ella la que también retomó sus estudios y cursó una licenciatura en la UJI, “la verdad es que fue una de las mejores experiencias de mi vida, porque me encontré compañeros que eran de la edad de mis hijos y yo era la abuela de la clase. El primer día pensaba si sería capaz de acabar aquello, pero al final, poquito a poquito, llegue a licenciarme”. Fueron cinco años muy intensos, porque en los que atendía su pequeño negocio, era jueza de paz en Benicàssim y estudiaba en la UJI. Cuando terminó la carrera decidió cursar un posgrado y llegó a pensar en un doctorado, hasta que la escritura se cruzó en su camino.
Ahí nació su primera novela, “Vivir junto al mar”, una ópera prima que ahora asegura que reharía por completo. La portada es una pintura realizada por su cuñada de una fotografía de la madre de Maribel cuando tenía 18 años. De ahí pasó a su novela en valenciano “Olor a naftalina”, que también le gustaría rehacer, como a todos los escritores. Le seguiría “Piedras en los bolsillos para no salir volando”, que narra la historia de su abuela, que también aparece en la portada. Cuando la editorial le pidió fotos antiguas para crear la portada le mandó esta “que a mi yaya le daba mucha malicia, porque se la hicieron unos franceses y luego se la mandaron”. A la señora no le gustaba la idea de que la retrataran pelando patatas, pero como la autora explica “es una foto preciosa, la verdad es que cuando la mandé a la editorial les encantó y todas las otras las descartaron”. Su abuela es la protagonista de esta novela. Ella siempre decía a sus nietos que su vida era para escribir una novela “y no se podía imaginar que su historia está escrita en una novela. Todo lo que sufrió, naciendo en 1902, bajo el reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, la República, la Guerra Civil, la pérdida de su marido y quedarse viuda con una hija de 5 años a su cargo. Una historia apasionante. Ella era lo que llamamos ahora, una mujer empoderada, daba gusto hablar con ella por lo fantasiosa que era y con ella tenía mucha empatía”.
Tras realizar un curso de Escritura Creativa online produjo varias historias que al final recopiló en el libro “Un cocodrilo muy malo”, que es un cuento que escribió a su nieta, porque su nieto aún no había nacido, “a él le dediqué el libro y ella hizo la portada con acuarelas”, el libro contiene una parte intima, en la que habla de los últimos días que pasó con su padre y su madre.
El próximo proyecto en el que Maribel Tárrega está trabajando se titulará “Nunca quise saber”, una novela que habla de un hombre que busca su identidad en los años 60 y que muy pronto espera poder publicar.
![[Img #91292]](http://el7set.es/upload/images/11_2022/4882_img_20221104_194140_286.jpg)
La escritora benicense afincada en Torrenostra, María Isabel Tárrega Toribio, presentó este viernes 4 de noviembre su novela “Seda azul” en la Biblioteca de Torreblanca, en un acto en el que también dio a conocer su prolífica obra y sus inicios en el mundo de la literatura. Acompañada por el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Torreblanca, Rubén de la Cruz, y de la escritora torreblanquina, Cristina Laborda, la autora compartió con el público asistente los entresijos de su proceso de escritura y la temática de algunas de sus obras.
Tras la presentación y bienvenida al acto por parte del edil de Cultura, la escritora Cristina Laborda esbozó un breve perfil de la autora, que cursó el bachiller en el colegio La Consolación de Castellón, licenciada en Humanidades en la UJI y con un posgrado en Gestión del Patrimonio, que hasta su jubilación compaginó su vida laboral y familiar con su pasión por la escritura creativa.
Ha publicado varias obras, “Vivir junto al mar”, “Olor a naftalina”, “Piedras en los bolsillos para no salir volando” y “Un cocodrilo muy malo”, además de algunos relatos aparecidos en una recopilación de Fundación Isonomía de la UJI. “Seda azul” es su última novela hasta la fecha, aunque ya está trabajando en su siguiente libro, que se titulará “Nunca quise saber” que trata sobre un hombre buscando su identidad en los años 60.
Cristina Laborda describió la novela “Seda azul” como fresca y próxima, al desarrollarse en un entorno en el que cualquier lector o lectora puede verse reflejado, lo que facilita, desde las primeras páginas, la conexión entre la escritora y el lector. La novela es una historia sentimental que esconde una encubierta crítica social y está enmarcada en una serie de momentos históricos de la historia de España, como el atentado del 11 M en Atocha, el golpe de estado del 23F, la Ley del Divorcio, los cambios de gobierno a nivel nacional y regional, o el accidente del metro de Valencia en 2006. Junto a estos acontecimientos históricos, el lector también vivirá situaciones cotidianas cuestionando sus valores. La presión sobre los jóvenes para que sigan las costumbres y oficios de la familia, el papel de la esposa, los matrimonios de conveniencia, la reflexión sobre el síndrome del Nido Vacío. Del mismo modo se habla de la conducta social basada en la hipocresía y en guardar las formas, reivindicando al mismo tiempo el valor terapéutico de la sororidad, al tiempo que se critica la manipulación de los medios de comunicación para beneficiar a determinados grupos. La novela afronta los miedos al cambio y deja en evidencia el comportamiento y la forma de vida de las élites sociales y sus privilegios. Las justificaciones que esgrimen las personas a la hora de afrontar una ruptura sentimental ante terceras personas también son analizadas en esta obra. Y estas son tan solo algunas de las posibles visiones que el lector puede descubrir en las páginas de “Seda azul”, tantas como ojos las puedan leer.
Laborda describe el estilo de Maribel Tárrega como “muy natural, conoce bien de que está hablando y es muy hábil empleando frases muy cortas, pero que te dicen mucho. Para mí eso tiene mucho valor”.
En su intervención, Maribel Tárrega Toribio agradeció al concejal de Cultura su entusiasmo a la hora de organizar la presentación y a Cristina Laborda por su participación, además de señalar a las artífices de este acto literario, sus buenas amigas Encarna y Patri, que se empeñaron en hablar con el edil para impulsar la presentación.
El mar que comparten en común Benicàssim y Torreblanca representa el nexo que ha llevado a la escritora a asentar su taller de escritura en el núcleo costero de Torrenostra. Un amor por la mar que ya tenía desde niña y que se convirtió en un deseo de residir en una casa junto al mar cuando se jubilara. “Quería despertarme, ver salir el sol y ver el mar. Y aquí lo he conseguido”. El mar, ese particular mar que atesora Torrenostra, le gusta especialmente, “el mar de mi pueblo (Benicàssim) es muy bonito, también me gusta, pero este mar tiene un encanto especial y es porque es muy familiar. Yo este verano lo he disfrutado mucho, bajar a la arena, ver la gente sentada a la fresca, que en mi pueblo ya no se hace y es muy bonito. Me gustaría que se quedara así, como está y diréis que es egoísta, pero de verdad es bonito que la mar conserve toda la familiaridad que tiene aquí esta playa”.
Maribel estudió en el colegio de La Consolación desde los 9 años de edad y allí conoció a muchas compañeras que eran de Torreblanca, entre ellas María Jesús Testera, con la que ha podido volver a coincidir paseando por Torrenostra y recuperando las cosas sobre las que hablaban en su niñez.
Finalizados esos estudios iniciales, pasó a ayudar a sus padres en el negocio familiar. Después contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. Cuando estos se marcharon para estudiar fue ella la que también retomó sus estudios y cursó una licenciatura en la UJI, “la verdad es que fue una de las mejores experiencias de mi vida, porque me encontré compañeros que eran de la edad de mis hijos y yo era la abuela de la clase. El primer día pensaba si sería capaz de acabar aquello, pero al final, poquito a poquito, llegue a licenciarme”. Fueron cinco años muy intensos, porque en los que atendía su pequeño negocio, era jueza de paz en Benicàssim y estudiaba en la UJI. Cuando terminó la carrera decidió cursar un posgrado y llegó a pensar en un doctorado, hasta que la escritura se cruzó en su camino.
Ahí nació su primera novela, “Vivir junto al mar”, una ópera prima que ahora asegura que reharía por completo. La portada es una pintura realizada por su cuñada de una fotografía de la madre de Maribel cuando tenía 18 años. De ahí pasó a su novela en valenciano “Olor a naftalina”, que también le gustaría rehacer, como a todos los escritores. Le seguiría “Piedras en los bolsillos para no salir volando”, que narra la historia de su abuela, que también aparece en la portada. Cuando la editorial le pidió fotos antiguas para crear la portada le mandó esta “que a mi yaya le daba mucha malicia, porque se la hicieron unos franceses y luego se la mandaron”. A la señora no le gustaba la idea de que la retrataran pelando patatas, pero como la autora explica “es una foto preciosa, la verdad es que cuando la mandé a la editorial les encantó y todas las otras las descartaron”. Su abuela es la protagonista de esta novela. Ella siempre decía a sus nietos que su vida era para escribir una novela “y no se podía imaginar que su historia está escrita en una novela. Todo lo que sufrió, naciendo en 1902, bajo el reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, la República, la Guerra Civil, la pérdida de su marido y quedarse viuda con una hija de 5 años a su cargo. Una historia apasionante. Ella era lo que llamamos ahora, una mujer empoderada, daba gusto hablar con ella por lo fantasiosa que era y con ella tenía mucha empatía”.
Tras realizar un curso de Escritura Creativa online produjo varias historias que al final recopiló en el libro “Un cocodrilo muy malo”, que es un cuento que escribió a su nieta, porque su nieto aún no había nacido, “a él le dediqué el libro y ella hizo la portada con acuarelas”, el libro contiene una parte intima, en la que habla de los últimos días que pasó con su padre y su madre.
El próximo proyecto en el que Maribel Tárrega está trabajando se titulará “Nunca quise saber”, una novela que habla de un hombre que busca su identidad en los años 60 y que muy pronto espera poder publicar.