Día Viernes, 14 de Noviembre de 2025
La mejor época para mudarse de forma económica
![[Img #94834]](http://el7set.es/upload/images/05_2023/8665_35668.jpg)
Mudarse no es barato. Sin embargo, algunos factores pueden reducir significativamente el precio de una mudanza. Para la empresa veterana Gil Stauffer, con más de un siglo de experiencia en el sector, la clave principal radica en la época del año. Pero también en otros condicionantes como la manejabilidad o la distancia de la mudanza. Un ahorro que puede retroalimentar con seguridad el traslado destinándolo a contratar un seguro.
Aprovechando la cuesta de los inicios anuales
Para muchos, realizar una mudanza es, además de estresante, un gasto a veces alto. Y es que existen muchos factores que influyen en un traslado de estas características. Si bien las cifras pueden pasar de las apenas tres a las cuatro cifras fácilmente, ahorrar en una mudanza es posible si se tienen en cuenta esos elementos condicionantes. A pesar de que, evidentemente, ciertas épocas o momentos del año son más asequibles.
La empresa de mudanzas Gil Stauffer Valencia describe en su blog lo siguiente: “Los meses de menor actividad en mudanzas suelen ser enero, febrero y marzo, es decir es la temporada baja, que se corresponde con el periodo en que las empresas ofrecen precios más económicos”. Algo necesario para afrontar los gastos del primer trimestre del año. Aunque, además de la temporal, existen otras variables que afectan al coste.
Manejo y tipología de la mudanza
En primer lugar, es de absoluta importancia tener claro y definido el tipo de mudanza a contratar. Contemplando tan sólo el traslado o también el embalaje y emplazamiento del mobiliario, será preciso evaluar su manejabilidad. Ya que el tamaño y cantidad de enseres determinará tanto el volumen y la complejidad del trabajo como el transporte en sí mismo. Del mismo modo que, si es amplio, el número de desplazamientos previstos.
Las dificultades que deberán encarar los trabajadores para la mudanza también pueden estar relacionadas con la accesibilidad. Impedimentos arquitectónicos, la ausencia de ascensor o lugares de acceso restringido encarecen el precio porque requieren de más trabajo. A menudo, siendo necesario el despliegue de elevadores y maquinaria similar para extraer los muebles de la vivienda con cuidado para prevenir y minimizar el riesgo.
Opción de transporte y localizaciones
Otro punto a considerar debidamente es la elección del transporte para la mudanza. Por una parte, el transporte exclusivo otorga una mayor agilidad en el traslado, pues éste sólo se encargará de una mudanza a la vez. Y, por otra parte, el transporte combinado permite economizar el viaje al compartir container con otros clientes. Eso sí, a costa de una precisión menor en las horas de llegada, ya que dependerá de otras mudanzas.
Asimismo, y por cuestiones más que obvias, la ubicación entre el punto de recogida y el de entrega pueden influir muchísimo en el precio de una mudanza. Ya que no es lo mismo organizar un traslado local e incluso nacional que insular o internacional. Ello, teniendo en cuenta algunos posibles costes adicionales. Fruto de ciertos impuestos o incluso dependientes de las aduanas, en caso de vincular el traslado con el extranjero.
¿Afecta realmente la época del año al precio de una mudanza?
Como se ha mencionado al principio, durante los primeros tres meses del año es posible encontrar ofertas de mudanzas muy económicas. Por lo general, la temporada baja es más asequible, ya que sucede en un momento de dificultad o incertidumbre económica que cuida minuciosamente de sus gastos. Y, en cambio, al llegar la temporada alta se encarece. Coincidiendo con los meses y épocas del año con mayor volumen de trabajo.
En ese sentido, hay que tener especial cuidado con los días festivos y fines de semana siempre. Sea durante el verano, cuando las vacaciones y el calor calibran los servicios bajo mínimos; o durante fechas señaladas como Navidad o Semana Santa. De igual modo, tampoco es aconsejable escoger los finales de mes. Ya que, al son de las altas y bajas en los contratos de alquiler, el intenso ritmo de trabajo aprieta la disponibilidad.
Una vez economizada, asegura la mudanza
Si, tenidas todas las variables en cuenta, se ha logrado situar un precio justo para el tipo de mudanza solicitado, nunca está de más dedicar el dinero ahorrado a contratar un seguro de pérdida o daños en el mobiliario o los objetos transportados. Esto salvará de muchos disgustos a ambas partes. Siendo de especial importancia realizar el debido inventario de todo elemento a transportar, con prueba fotográfica de su estado previo.
A fin de dejar cualquier cabo suelto bien atado, se recomienda encarecidamente recurrir a un seguro específico para mudanzas. Aunque algunos seguros del hogar también cubren este tipo de traslados, una póliza más concreta y de la que deberán revisarse bien sus cláusulas y puntos. Con todo, la mudanza, aun siendo todavía un factor de gran estrés, relajará el temor a los sobrecostes sin por ello desproteger cuanto traslade.
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Mudarse no es barato. Sin embargo, algunos factores pueden reducir significativamente el precio de una mudanza. Para la empresa veterana Gil Stauffer, con más de un siglo de experiencia en el sector, la clave principal radica en la época del año. Pero también en otros condicionantes como la manejabilidad o la distancia de la mudanza. Un ahorro que puede retroalimentar con seguridad el traslado destinándolo a contratar un seguro.
Aprovechando la cuesta de los inicios anuales
Para muchos, realizar una mudanza es, además de estresante, un gasto a veces alto. Y es que existen muchos factores que influyen en un traslado de estas características. Si bien las cifras pueden pasar de las apenas tres a las cuatro cifras fácilmente, ahorrar en una mudanza es posible si se tienen en cuenta esos elementos condicionantes. A pesar de que, evidentemente, ciertas épocas o momentos del año son más asequibles.
La empresa de mudanzas Gil Stauffer Valencia describe en su blog lo siguiente: “Los meses de menor actividad en mudanzas suelen ser enero, febrero y marzo, es decir es la temporada baja, que se corresponde con el periodo en que las empresas ofrecen precios más económicos”. Algo necesario para afrontar los gastos del primer trimestre del año. Aunque, además de la temporal, existen otras variables que afectan al coste.
Manejo y tipología de la mudanza
En primer lugar, es de absoluta importancia tener claro y definido el tipo de mudanza a contratar. Contemplando tan sólo el traslado o también el embalaje y emplazamiento del mobiliario, será preciso evaluar su manejabilidad. Ya que el tamaño y cantidad de enseres determinará tanto el volumen y la complejidad del trabajo como el transporte en sí mismo. Del mismo modo que, si es amplio, el número de desplazamientos previstos.
Las dificultades que deberán encarar los trabajadores para la mudanza también pueden estar relacionadas con la accesibilidad. Impedimentos arquitectónicos, la ausencia de ascensor o lugares de acceso restringido encarecen el precio porque requieren de más trabajo. A menudo, siendo necesario el despliegue de elevadores y maquinaria similar para extraer los muebles de la vivienda con cuidado para prevenir y minimizar el riesgo.
Opción de transporte y localizaciones
Otro punto a considerar debidamente es la elección del transporte para la mudanza. Por una parte, el transporte exclusivo otorga una mayor agilidad en el traslado, pues éste sólo se encargará de una mudanza a la vez. Y, por otra parte, el transporte combinado permite economizar el viaje al compartir container con otros clientes. Eso sí, a costa de una precisión menor en las horas de llegada, ya que dependerá de otras mudanzas.
Asimismo, y por cuestiones más que obvias, la ubicación entre el punto de recogida y el de entrega pueden influir muchísimo en el precio de una mudanza. Ya que no es lo mismo organizar un traslado local e incluso nacional que insular o internacional. Ello, teniendo en cuenta algunos posibles costes adicionales. Fruto de ciertos impuestos o incluso dependientes de las aduanas, en caso de vincular el traslado con el extranjero.
¿Afecta realmente la época del año al precio de una mudanza?
Como se ha mencionado al principio, durante los primeros tres meses del año es posible encontrar ofertas de mudanzas muy económicas. Por lo general, la temporada baja es más asequible, ya que sucede en un momento de dificultad o incertidumbre económica que cuida minuciosamente de sus gastos. Y, en cambio, al llegar la temporada alta se encarece. Coincidiendo con los meses y épocas del año con mayor volumen de trabajo.
En ese sentido, hay que tener especial cuidado con los días festivos y fines de semana siempre. Sea durante el verano, cuando las vacaciones y el calor calibran los servicios bajo mínimos; o durante fechas señaladas como Navidad o Semana Santa. De igual modo, tampoco es aconsejable escoger los finales de mes. Ya que, al son de las altas y bajas en los contratos de alquiler, el intenso ritmo de trabajo aprieta la disponibilidad.
Una vez economizada, asegura la mudanza
Si, tenidas todas las variables en cuenta, se ha logrado situar un precio justo para el tipo de mudanza solicitado, nunca está de más dedicar el dinero ahorrado a contratar un seguro de pérdida o daños en el mobiliario o los objetos transportados. Esto salvará de muchos disgustos a ambas partes. Siendo de especial importancia realizar el debido inventario de todo elemento a transportar, con prueba fotográfica de su estado previo.
A fin de dejar cualquier cabo suelto bien atado, se recomienda encarecidamente recurrir a un seguro específico para mudanzas. Aunque algunos seguros del hogar también cubren este tipo de traslados, una póliza más concreta y de la que deberán revisarse bien sus cláusulas y puntos. Con todo, la mudanza, aun siendo todavía un factor de gran estrés, relajará el temor a los sobrecostes sin por ello desproteger cuanto traslade.

















