El esplendor de la adelfa transforma el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares en un jardín fluvial
![[Img #96139]](http://el7set.es/upload/images/08_2023/2917_baladre-florit-al-ppdrm-3-2-min.jpg)
La adelfa (Nerium oleander L.) es un arbusto fascinante y simbólico cuyo nombre científico, Nerium oleander, tiene una interesante etimología. La palabra "Nerium" proviene del griego "neros", que significa húmedo, haciendo referencia a su preferencia por crecer cerca de corrientes de agua. Por otro lado, el epíteto "oleander" proviene del latín "olea", que significa olivo, debido al parecido de sus hojas con las del olivo.
Este arbusto es el por excelencia de los jardines públicos y privados, además de encontrarse en autovías, autopistas y cursos fluviales, como el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, que es gestionado por los ayuntamientos de Vila-real, Almassora, Burriana, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana. Durante los meses de calor, la adelfa florece con gran esplendor y abundancia en el tramo final del paraje fluvial, especialmente en la zona que discurre desde el azud de las Revalladores hasta el camino de la Cossa, marcando los límites entre Almassora y Burriana.
Aunque la adelfa es una planta originaria de las zonas templadas, desde la cuenca mediterránea hasta China, ha sido introducida en muchos países de todo el mundo como planta ornamental. Su belleza y resistencia la han convertido en un elemento popular en jardines y como setos en carreteras y autopistas en diferentes lugares, incluidos Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Chile y Australia.
Sin embargo, detrás de su belleza, la adelfa alberga un aspecto peligroso: todas las partes de este arbusto son venenosas, incluidas las flores, que presentan una alta toxicidad. Por tanto, es esencial tener precaución al manipularla y mantenerla fuera del alcance de niños y mascotas.
Además de su atractivo ornamental, la adelfa también tiene un significado histórico y simbólico. Tras la devastadora bomba atómica lanzada en Hiroshima, Japón, en agosto de 1945, la adelfa fue la primera planta que floreció poco después del desastre. Desde entonces, la flor de adelfa se ha convertido en un símbolo nacional de esperanza y resiliencia en Japón.
En conclusión, la adelfa es un arbusto cautivador con una etimología interesante y una belleza asombrosa. Sin embargo, su toxicidad nos recuerda la importancia de apreciar la naturaleza con precaución y respeto, valorando su diversidad y simbolismo en los paisajes de Castellón y más allá.
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La adelfa (Nerium oleander L.) es un arbusto fascinante y simbólico cuyo nombre científico, Nerium oleander, tiene una interesante etimología. La palabra "Nerium" proviene del griego "neros", que significa húmedo, haciendo referencia a su preferencia por crecer cerca de corrientes de agua. Por otro lado, el epíteto "oleander" proviene del latín "olea", que significa olivo, debido al parecido de sus hojas con las del olivo.
Este arbusto es el por excelencia de los jardines públicos y privados, además de encontrarse en autovías, autopistas y cursos fluviales, como el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, que es gestionado por los ayuntamientos de Vila-real, Almassora, Burriana, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana. Durante los meses de calor, la adelfa florece con gran esplendor y abundancia en el tramo final del paraje fluvial, especialmente en la zona que discurre desde el azud de las Revalladores hasta el camino de la Cossa, marcando los límites entre Almassora y Burriana.
Aunque la adelfa es una planta originaria de las zonas templadas, desde la cuenca mediterránea hasta China, ha sido introducida en muchos países de todo el mundo como planta ornamental. Su belleza y resistencia la han convertido en un elemento popular en jardines y como setos en carreteras y autopistas en diferentes lugares, incluidos Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Chile y Australia.
Sin embargo, detrás de su belleza, la adelfa alberga un aspecto peligroso: todas las partes de este arbusto son venenosas, incluidas las flores, que presentan una alta toxicidad. Por tanto, es esencial tener precaución al manipularla y mantenerla fuera del alcance de niños y mascotas.
Además de su atractivo ornamental, la adelfa también tiene un significado histórico y simbólico. Tras la devastadora bomba atómica lanzada en Hiroshima, Japón, en agosto de 1945, la adelfa fue la primera planta que floreció poco después del desastre. Desde entonces, la flor de adelfa se ha convertido en un símbolo nacional de esperanza y resiliencia en Japón.
En conclusión, la adelfa es un arbusto cautivador con una etimología interesante y una belleza asombrosa. Sin embargo, su toxicidad nos recuerda la importancia de apreciar la naturaleza con precaución y respeto, valorando su diversidad y simbolismo en los paisajes de Castellón y más allá.





















