Sábado, 27 de Septiembre de 2025

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el7set
Martes, 11 de Junio de 2024
SESIÓN I: TEMPUS FUGIT IRREPARABILE. Vuelve a pasar por el corazón, pero CARPE DIEM!

Ahora estoy aquí…

Estoy sentada en mi sillón favorito, mirando el mar desde mi pequeña terraza. Un mar que me transmite paz, a la vez que me carga las pilas, como decimos coloquialmente cuando nuestras fuerzas empiezan a flaquear.

Después de la vorágine de la semana, del día a día, éste es mi momento de paz. Con una taza de café en la mano y la mirada en el horizonte, hago repaso de lo vivido en las últimas jornadas. Me entra un desasosiego enorme a la vez que me embarga la tristeza. Se hace muy duro reconocer que no disfrutamos de nuestro tiempo, que no aprovechamos nuestra vida. Una vida que tenemos para nuestro uso y disfrute, y no lo hacemos.

El día a día parece desconectarnos de toda realidad. Tengo la sensación que cada mañana nada más empezar la jornada, me “conecto en modo robot” y los días se repiten uno tras otro, marcados por el mismo patrón.

Nuestro tiempo está completamente estructurado para no perder ni un solo segundo. Todo requiere de nuestra atención lo más rápido posible y prevalece el principio de inmediatez en todos los ámbitos. El tiempo es finito y hay que hacer el mayor número de cosas en el menor tiempo posible.

En mi caso, la mayor parte del día se lo dedico a mi trabajo, de manera mecánica. Pasan las horas sin darme cuenta. Empieza la jornada y aún no asoma el sol por este mismo horizonte que tengo ante mis ojos y cuando decido acabar la jornada (porque si no lo decidiera, no tendría fin) el sol ha dado la vuelta correspondiente a este día y ya ha desaparecido por el lado opuesto…

Incluso en ese momento, “el robot” sigue en modo “piloto automático”. Quedan mil tareas por hacer, básicas y simples, pero hay que hacerlas para que el engranaje de la maquinaria doméstica siga rodando y funcionando de manera mecánica y monótona. Que no pare.

Finalmente, cuando las manecillas del reloj, -ese reloj que es nuestro cuerpo-, avisan que están a punto de pararse… Entonces apago la luz para que, casi sin darme cuenta, llegue un nuevo día. Y digo un nuevo porque lo marca el calendario de mi mesa, no porque tenga nada de nuevo…

Y así hasta que de repente te das cuenta que esto no es vivir, si no simplemente estar viva. Vivir es sinónimo de sentir lo bueno y lo malo, de darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor, disfrutarlo, palparlo…

Cierro los ojos y escucho el mar, ese mar que sea cual sea su estado, me relaja y me ayuda a tomar conciencia del presente: del “Hit et nunc”.

Abro de nuevo los ojos recolocándome en mi sillón y apurando el café que queda, cuando algo se mueve en mi interior. Le doy la vuelta a la taza que me acaban de regalar y leo su inscripción: TEMPUS FUGIT IRREPARABILE.

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