Sin nombre

Ahora estoy aquí, pensando cómo pasa fugazmente el tiempo.

Una vida casi ya vivida, una infancia feliz, una juventud sin grandes problemas.

Un matrimonio, tres hijos prestados a los que hace años he tenido que devolver.

Muchos sueños no cumplidos, dolorosas ausencias, pero mi corazón sigue latiendo.

A veces, hago  un gran esfuerzo por levantarme, pero hay que dar gracias.

Gracias por ver el sol, por tener salud, por oler la tierra mojada, por un vaso de leche caliente.

Gracias por la amistad, por los momentos de risas, por el mar, por las montañas, por la alegría que me demuestran mis perras.

Gracias por algún abrazo que, de muy tarde en tarde recibo de mi familia.

Por los ratos pasados leyendo, por tumbarme al sol en la terraza.

Por todo esto y por mucho más, “Carpe Diem”.