Cómo elegir el vestido de fiesta perfecto para cada ocasión

Acudir correctamente vestida a un evento social, sea del tipo que sea, es importante. Y no solo por una cuestión estética, la elección del outfit permite quedar bien con los organizadores, adecuarse al decoro del momento y no desentonar con el resto de los invitados.

Esta es una de las primeras preocupaciones que tienen las clientes que deben elegir un vestido de fiesta perfecto, explican desde coosy, una tienda especializada en estos catálogos para lucirse.

Los asesores de estética del e-commerce ofrecen una serie de consejos encaminados a no equivocarse en la elección.

¿Cuándo un vestido se considera de fiesta?

Lo primero que recomiendan es tener claro qué es y qué no es un vestido de fiesta. Obviamente, hoy en día las reglas de protocolo son mucho más laxas, pero siempre conviene hacer caso a la tradición y entender perfectamente cuáles son las prendas más recomendadas.

En general, se entiende como vestido de fiesta una prenda que se va a usar en un evento de alta categoría (una boda, un cóctel, un concierto…) que se celebra desde la caída del sol hasta el amanecer.

En ese periodo es donde los vestidos de noche o de gala entran en juego. Y no todos valen: los vestidos de fiesta responden a una serie de características en cuanto al largo, al color y al corte que hay que tener muy en mente antes de elegir qué sacar del armario.

El largo

Los vestidos de fiesta son, por lo general, largos. Los eventos de noche suelen ser más elegantes y sofisticados y eso está asociado a prendas que queden a media pierna, por encima de los tobillos o incluso a ras del suelo.

¿Por qué opción decantarse, una vez descartados los modelos cortos o midi? Dependerá del gusto de la persona, así como de su protagonismo en el acto.

Generalmente, se suelen dejar los vestidos largos del todo, hasta el suelo, a las personas homenajeadas en el evento; por ejemplo, en una graduación sería conveniente que las alumnas usaran vestido largo y las profesoras y familiares optaran por un modelo por debajo de la rodilla.

No obstante, esto es opcional y cada vez existen menos límites al respecto. Por ejemplo, prendas vaporosas como el vestido Ania Dorado quedan muy bien en personas que no tienen tanta importancia en el evento, puesto que sus líneas vaporosas restan formalidad al look.

La decoración

Generalmente, los vestidos de noche están profusamente decorados: lentejuelas, transparencias, brillos… De nuevo, dependerá del tipo de evento, el nivel de implicación en este o los gustos personales.

Los colores discretos de tela siempre aceptarán mejor complementos atrevidos como un corte de escote de espalda o el uso de un patrón de lentejuelas brillantes. El vestido Danila o el Romea cumplen sobradamente con estas características y aportan un toque de elegancia y distinción únicos a cualquier modelo.

El color

El color es el gran mareo de cabeza de las mujeres que quieren acertar con la elección de su vestido de fiesta.

Huiremos de los modelos blancos o muy claros si se va a un enlace matrimonial y apostaremos por versiones oscuras o colores atrevidos cuando se trate de un cóctel con baile.

Además, en la actualidad existen modelos muchísimo más inspiradores y llamativos para acudir a este tipo de eventos: ¿por qué no combinar un top como el Mandia negro con unos pantalones ejecutivos de talle alto? ¿Mezclar una falda de tubo con estampado de caracolas con una camisa negra vaporosa?

Todas estas opciones son posibles gracias al catálogo de tiendas online centradas en este tipo de ropa.