Viernes, 07 de Noviembre de 2025

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Zacarías Ramo Traver
Lunes, 19 de Agosto de 2024

Recuerdos de un octogenario. Torreblanca hace 80 años. (VI) El ocio

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¿Cómo nos divertíamos en los años 40? Con bastante diferencia de como lo hacen ahora.

   Ya contamos al hablar de los niños que vivían y jugaban en la calle. Fuera de eso, su otra diversión era ir al cine, cuando podían, claro. Lo del cine se extendía a todos los tramos de edad. La gente de los 40 nos convertimos en cinéfilos, pasión que hemos conservado hasta hoy.

    Los adolescentes que comenzaban a chicolear tenían en el paseo por el Rabal, al atardecer, otro modo de diversión. Las pandillas de jovencitas paseaban, cogidas del bracete, por la calle San Antonio, exhibiendo sus encantos mientras los chicos las observaban y, a veces, se metían con ellas. Era una tosca forma de comenzar las relaciones entre los sexos.

    Los jóvenes practicaban dos deportes: el trinquet y el fútbol, pero su modo de diversión más valorado era el baile, que solía contar con la enemiga del párroco de turno que consideraba el ball agarrat un pecado o, al menos, una incitación al mismo. También comenzaban a frecuentar las tabernas y los cafés, entre los que cabe recordar el café de Arturo, el del Pincho, el de Agustín el Meme y el de Les Catalanes.

   En cuanto a los adultos, los hombres, como los jóvenes maduros, iban con frecuencia a tabernas y cafés, donde solían entretenerse con juegos de mesa, tales como las cartas (guiñot, tute, manilla…) y el dominó. En los juegos de cartas, a veces –no muchas- se jugaban dinero. Las mujeres solían reunirse en la casa de alguna amiga y, además de cotillear, jugaban a la brisca, al sinquet y al parchís. Y las que tenían una radio –pocas- escuchaban a sus cantaores de coplas predilectos (Concha Piquer, Imperio Argentina, Angelillo, Valderrama…) e interminables seriales radiofónicos .

   Y todos los segmentos de edad esperaban  anhelantes  las fiestas patronales, pues era el momento en que, además de los consabidos bous al carrer, podían ver alguna compañía de varietés, de teatro o de zarzuela.

   Teniendo en cuenta que no había televisión y que no existía internet, la gente que vivimos en los 40 nos divertíamos como podíamos y nos bastaba con ello.


 

 

 

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