Recuerdos de un octogenario. Torreblanca hace 80 años. (y VII). Les festes d´agost
![[Img #102310]](http://el7set.es/upload/images/08_2024/207_5114_2088_2166_8660_5823_1423_2600_2988_pro-1knulx37.jpg)
¿Cómo eran las fiestas patronales en los años 40? (*)
En el fondo, similares a las actuales; en la forma, diferentes, pero tenían una base común: eran muy esperadas, sobre todo por los jóvenes. Eran algo más cortas, más austeras y menos movidas. Duraban como una semana, aunque podían extenderse algo más en función de las arcas municipales.
Más austeras. Lo de las reinas y su corte de honor no existía, lo de la realeza comenzó en 1967 (**) .El Pregó tampoco existía. Pese a la austeridad había familias en que algún miembro estrenaba traje y en otras se hacían dulces. Recuerdo que mi madre solía elaborar algunos pastissos de moniatos, almendraos y blanquitos y negritos.
Los dos días de fiesta religiosa –el 24 y el 25- se cumplían con más fervor que ahora. El día de Sant Bartomeu, en la misa cantada, el sermón lo daba un religioso de prestigio. Y en las procesiones de ambos días, tras el párroco desfilaban los concejales en dos filas rematadas por el alcalde, flanqueado por el jefe de Falange, el cabo de la Guardia Civil y el juez de paz.
A partir del 26 comenzaban las fiestas laicas que se iniciaban con la construcción de la plaça de bous mediante los carros de los labradores, tableros y vigas de madera. El conjunto tenía tal aire de endeblez y provisionalidad que siempre temías que aquello se derrumbara de un momento a otro. Pese a la monotonía de la fiesta, la plaza se llenaba todos los días. Tampoco solía faltar la celebración de un partido de fútbol y, a veces, de una carrera ciclista.
Por la noche, en la plaça de bous se celebraban verbenas y a veces representaciones teatrales, zarzuelas y varietés. En estas últimas había que oír los berridos de los jóvenes cuando las vicetiples enseñaban muslo, algo que en la España del nacionalcatolicismo se consideraba poco menos que sicalíptico.
Las mayores diferencias con las fiestas actuales eran las ausencias de lo que hoy son eventos consagrados como la Presentación de la reina y damas, el Pregó, el Día de las paellas…
Eran unas fiestas menos dinámicas, pero igual de anheladas. Y estos son algunos de mis recuerdos que los cuanto antes de que el tiempo me los borre. Hasta que nos veamos en el valle de Josafat.
(*) Vid. la trilogía de D. Ansuategui: “Torreblanca. Fiestas Patronales y sus protagonistas. 1920-2020”. Ed. El Prat. Torreblanca, 2022-2024.
(**) Op. Cit, T. I, pág. 208.
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¿Cómo eran las fiestas patronales en los años 40? (*)
En el fondo, similares a las actuales; en la forma, diferentes, pero tenían una base común: eran muy esperadas, sobre todo por los jóvenes. Eran algo más cortas, más austeras y menos movidas. Duraban como una semana, aunque podían extenderse algo más en función de las arcas municipales.
Más austeras. Lo de las reinas y su corte de honor no existía, lo de la realeza comenzó en 1967 (**) .El Pregó tampoco existía. Pese a la austeridad había familias en que algún miembro estrenaba traje y en otras se hacían dulces. Recuerdo que mi madre solía elaborar algunos pastissos de moniatos, almendraos y blanquitos y negritos.
Los dos días de fiesta religiosa –el 24 y el 25- se cumplían con más fervor que ahora. El día de Sant Bartomeu, en la misa cantada, el sermón lo daba un religioso de prestigio. Y en las procesiones de ambos días, tras el párroco desfilaban los concejales en dos filas rematadas por el alcalde, flanqueado por el jefe de Falange, el cabo de la Guardia Civil y el juez de paz.
A partir del 26 comenzaban las fiestas laicas que se iniciaban con la construcción de la plaça de bous mediante los carros de los labradores, tableros y vigas de madera. El conjunto tenía tal aire de endeblez y provisionalidad que siempre temías que aquello se derrumbara de un momento a otro. Pese a la monotonía de la fiesta, la plaza se llenaba todos los días. Tampoco solía faltar la celebración de un partido de fútbol y, a veces, de una carrera ciclista.
Por la noche, en la plaça de bous se celebraban verbenas y a veces representaciones teatrales, zarzuelas y varietés. En estas últimas había que oír los berridos de los jóvenes cuando las vicetiples enseñaban muslo, algo que en la España del nacionalcatolicismo se consideraba poco menos que sicalíptico.
Las mayores diferencias con las fiestas actuales eran las ausencias de lo que hoy son eventos consagrados como la Presentación de la reina y damas, el Pregó, el Día de las paellas…
Eran unas fiestas menos dinámicas, pero igual de anheladas. Y estos son algunos de mis recuerdos que los cuanto antes de que el tiempo me los borre. Hasta que nos veamos en el valle de Josafat.
(*) Vid. la trilogía de D. Ansuategui: “Torreblanca. Fiestas Patronales y sus protagonistas. 1920-2020”. Ed. El Prat. Torreblanca, 2022-2024.
(**) Op. Cit, T. I, pág. 208.


















