La renuncia de Paco Artola
Coincidimos tomando sendas cervezotas mientras esperábamos mesa en el mesón La Bellota que ambos frecuentamos. Él llevaba una cámara y sacó unas fotos a mi grupo familiar en tanto repasábamos el anecdotario de Cabanes. Así es Paco Artola: entrañable y cariñoso en lo personal, demasiado buena persona para estar en política.
Esta mañana leí en El7set que renunciaba a la alcaldía de Cabanes por prescripción médica y escribí una nota rápida de asombro ante tal decisión, a la vez que de preocupación por su salud. Ocurre que son ya demasiados los conocidos y amigos de Cabanes a quienes la enfermedad les ha dado una cruenta dentellada. Así que expreso aquí mi deseo de una pronta recuperación... y salud. Muchísima salud para él personalmente, tal como para mis amigos que lidian en Cabanes con la dolencia.
Artola es en definitiva demasiado “Bon Xic” para esas peloteras, máxime en un ayuntamiento como el de Cabanes donde la política se acanalla y hace fullera. Donde prima el bienestar de las camarillas por encima del interés general. Se vocean ocurrencias sin interés para los vecinos. Igual que si estuvieran en una ínsula Barataria maquinan castillos en el aire con tal de despistar la mirada de lo obvio: quienes son los auténticos amos del cotarro. A favor de quienes realmente se politiquea: aventureros del ladrillo, aprovechados de medio pelo con negocios que subsisten gracias a lo que facturan al municipio y terratenientes de toda la vida con propiedades multimillonarias dentro de los Pai.
De ese chanchulleo se libera con su renuncia Paco Artola, quien además es funcionario en excedencia, bien formado, amigo de hacer favores indiscriminadamente y de simplificar la administración pública a la comprensión de los ciudadanos legos en la materia.
Tenemos suerte los usuarios de la seguridad social si finalmente Paco Artola vuelve a estar operativo como funcionario público, y más suerte aún los vecinos de Cabanes y La Ribera, si lo hiciera en la Av. del Mar, a sabiendas de que hay ahí una mano amiga presta a ayudar.
Coincidimos tomando sendas cervezotas mientras esperábamos mesa en el mesón La Bellota que ambos frecuentamos. Él llevaba una cámara y sacó unas fotos a mi grupo familiar en tanto repasábamos el anecdotario de Cabanes. Así es Paco Artola: entrañable y cariñoso en lo personal, demasiado buena persona para estar en política.
Esta mañana leí en El7set que renunciaba a la alcaldía de Cabanes por prescripción médica y escribí una nota rápida de asombro ante tal decisión, a la vez que de preocupación por su salud. Ocurre que son ya demasiados los conocidos y amigos de Cabanes a quienes la enfermedad les ha dado una cruenta dentellada. Así que expreso aquí mi deseo de una pronta recuperación... y salud. Muchísima salud para él personalmente, tal como para mis amigos que lidian en Cabanes con la dolencia.
Artola es en definitiva demasiado “Bon Xic” para esas peloteras, máxime en un ayuntamiento como el de Cabanes donde la política se acanalla y hace fullera. Donde prima el bienestar de las camarillas por encima del interés general. Se vocean ocurrencias sin interés para los vecinos. Igual que si estuvieran en una ínsula Barataria maquinan castillos en el aire con tal de despistar la mirada de lo obvio: quienes son los auténticos amos del cotarro. A favor de quienes realmente se politiquea: aventureros del ladrillo, aprovechados de medio pelo con negocios que subsisten gracias a lo que facturan al municipio y terratenientes de toda la vida con propiedades multimillonarias dentro de los Pai.
De ese chanchulleo se libera con su renuncia Paco Artola, quien además es funcionario en excedencia, bien formado, amigo de hacer favores indiscriminadamente y de simplificar la administración pública a la comprensión de los ciudadanos legos en la materia.
Tenemos suerte los usuarios de la seguridad social si finalmente Paco Artola vuelve a estar operativo como funcionario público, y más suerte aún los vecinos de Cabanes y La Ribera, si lo hiciera en la Av. del Mar, a sabiendas de que hay ahí una mano amiga presta a ayudar.
