Martes, 30 de Septiembre de 2025

Actualizada Martes, 30 de Septiembre de 2025 a las 13:08:07 horas

Eduardo París Muñoz
Jueves, 10 de Abril de 2025

El infeliz informe sobre Xivert

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Hay veces en que nos olvidamos que todo lo que vemos en la actualidad no nos pertenecía.

Montañas, praderas, mar, ríos, valles, edificaciones, poblados, masías, etc., etc., etc., en fin, todo lo que de terrenal alcanza nuestra vista, no era nuestro. Los dueños eran otros.

Eran hispanos y, más exactamente, hispano-romano-visigóticos. Pasados los años, dichos sujetos se acomodaron a las costumbres de unos dominadores de religión musulmana que llegaron años ha, y que en pocos años se habían apoderaron de la mayor parte de la Península Ibérica.

 

Conocemos que en el lejano año 711, grupos de norteafricanos (árabes y bereberes), llegaron al Sur de la Península y, cuasi sin combatir y mediante pactos con los peninsulares y, ante la división y pasividad de los gobernantes visigóticos de cada ciudad, los sustituyeron en un abrir y cerrar de ojos.

 

Está comprobado que los nuevos gobernantes en un principio fueron tolerantes con la población e inteligentemente consideraron que no les convenía proceder de otra manera, ya que ellos, significaban una “ridícula” minoría, optando así por permitir costumbres, algunas leyes, incluso la religión cristiana. La extensión de territorio dominado por los musulmanes pasó a ser llamado “Al-Ándalus”.

 

El dominio, pasados los años, fue haciéndose menos tolerante al tiempo que los gobernados, poco a poco, irían notando más ventajas adaptarse a la élite dirigente minoritaria. Siguieron existiendo cristianos, aunque llegó un tiempo en que se convirtieron en minoría.

 

Total, que el proceso de la Hispania (ahora “Al-Ándalus”) de manera resumida es el que sigue: un territorio con una población de entre 4 a 5 millones de seres, casi todos hispanos (en principio cristianos la gran mayoría) que poco a poco fueron convirtiéndose al Islam, mientras que en el Norte resistían grupos de cristianos que, lentamente pero sin parar, ganaban territorios hacia el Sur. La zona ganada (mediante lucha) era convertida en cristiana.

Tras siglos de lucha, aquellos cristianos lograron poner fin al Al-Ándalus con la rendición del Reino musulmán de Granada (1492). La epopeya había durado 781 años.

Interesa conocer que los invasores llegados en diversas oleadas pudieron ser unos 300.000 efectivos, entre todo el tiempo de ocupación. Sea como sea, la proporción frente a los habitantes originarios nunca pasó del 8%. Ello significa que, por decirlo de alguna manera, los que llegaron de fuera de la Península eran una “exigua minoría” que, no obstante, supo aguantar el tipo de manera harto inteligente.

 

Por tanto, cualquier opinión que asegure que los hispanos de hoy (y concretamente los valencianos), llevan gran proporción de sangre de los dominadores musulmanes de antaño son ganas de marear. Quizá podría darnos una falsa impresión si nos fijamos en la cantidad de topónimos de raíz árabe que existen en nuestro territorio próximo (Benicàssim, Benicarló, Alcalà, Xivert, …). Ello resulta natural debido al largo tiempo que estuvieron en la zona.

No dejamos de admirar la inteligencia que tuvieron que emplear para seguir gobernando (en minoría y durante siglos), a una población tan numerosa. Durante la ocupación, aquella gente aportó una cultura y adelantos que transformarían el panorama hispano: con nuevos cultivos, su lengua, adelantos técnicos, su religión, creación de nuevos poblados, su lengua, etc., etc., etc., … … … y sus NOMBRES PERSONALES.

 

Hoy queremos fijarnos en la población, hoy desaparecida, de XIVERT. Aún podemos encontrar algunos restos de muros junto al castillo del mismo nombre, germen de la actual población de Alcalà.

Tras la conquista cristiana (alrededor de 1234), se permitió a los xivertenses conservar casas y tierras a cambio de su pleitesía al rey Jaume I.

Hoy nos ha dado por ahí comentar los nombres propios de aquellos españoles-xivertenses-musulmanes que se quedaron tras la Conquista (y no Reconquista) cristiana. Sus nombres y apellidos pertenecen (¡claro está!) a la cultura musulmana. Nos detendremos en dos años: 1234 y 1510. No conocemos la cifra de habitantes en 1234 pero sí la de 1510, que rondaba los 250.

 

Año 1234:      Numerosos:     Abdallà, Abdelalé (2 nombres), Alí (3), Suleimán (2) y Ubaquer (2).

                        Curiosos:         Abdelavi, Çale, Defecan y Viutuper.

                        Otros:              Aucat, Abdelvafit, Hassan, Jucef y Maffomet.

Año 1510:      Numerosos:      Abdal·là (3), Alí (5), Asmet (6), Azmet (2), Jucef (8), Jucer (3), Mahomet (3)  y Zasmet.

                        Curiosos:         Çaat, Çat, Faraig, Foraig, Safri, Tiro e Yça.

                        Mujeres:           Aixa, Jamfi, Sora y Zora.

Muchos de estos nombres persisten hoy en los paises magrebís (Argelia y Marruecos).

 

Esta ha sido la pequeña historia que hoy hemos querido contar correspondiente a un tiempo pasado que acabaría con la expulsión de todos estos españoles-musulmanes durante el reinado del rey Felipe III, entre 1609 y 1613. Todas estas familias (españolas, a quienes se les llamaba “moriscos”), tuvieron que embarcar sin ganas para refugiarse al Norte de África. Un cálculo aproximado de expulsados arroja la cifra de 150.000, solo en el Reino de Valencia. ¡Una operación lamentable!

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