Jueves, 16 de Octubre de 2025

Actualizada Miércoles, 15 de Octubre de 2025 a las 20:22:15 horas

el7set
Viernes, 18 de Julio de 2025

¿Por qué te cuidas sólo cuando te rompes?

En nuestra sociedad actual, el trabajo es prioritario. Con más tareas que horas en el día, solemos postergar todo lo que no sea urgente o visible, comenzando con nuestro propio bienestar. Chequeos médicos, revisiones auditivas, controles del estado de ánimo parecen actividades que podemos trasladar a un futuro indefinido. Sin embargo, en el momento en que ocurre un esguince, un ataque de ansiedad o un bajón emocional, la reacción es inmediata: buscamos al profesional adecuado, le contamos lo que nos pasa y nos juramos que esta será la última vez que lo dejaremos al azar. Pero ¿por qué tenemos que llegar a ese extremo para prestarnos atención y velar por nuestro bienestar?

 

La falsa sensación de invulnerabilidad

 

La juventud a menudo se envuelve con una capa de invulnerabilidad, como si todos los jóvenes fueran “supermanes”. Es fácil pensar que un leve dolor de muelas se arreglará solo, que el nerviosismo de hoy desaparecerá mañana y que una leve pérdida auditiva tendrá que esperar a los sesenta y tantos. Esa percepción, aunque comprensible, es problemática: mantiene en una rutina de desprecio silencioso hacia señales que, si fueran atendidas a tiempo, evitarían problemas más serios en el futuro.

 

Un ejemplo es el dentista: ¿cuántas citas se aplazan porque aún no hay dolor agudo? Sin embargo, una caries leve, ese mismo día, es muy probable que ya esté empezando a extenderse. El dentista cerca de mi es un profesional accesible y cercano al que deberíamos acudir de forma rutinaria para chequeos y no cuando empezamos a padecer dolores.

 

El miedo al médico

 

El miedo también entra en juego. Nos aterra enfrentarnos a diagnósticos negativos, saber que algo no va bien o, simplemente, romper la rutina para atendernos. Actuamos, a veces, como si ignorar el problema hiciera que desaparezca por arte de magia.

 

Esto ocurre con la salud auditiva. Muchas personas saben, en el fondo, que no oyen del todo bien, pero dejan pasar el tiempo. Sin tratamiento, la pérdida auditiva puede llevar al aislamiento social, afectar la memoria e incluso aumentar el riesgo de depresión. Buscar soluciones a tiempo, como recurrir a poner unos audífonos en dénia, mejora la audición y, por tanto, la calidad de vida.

 

Nos cuidamos solo cuando "vale la pena"

 

Hay otro obstáculo y es cultural: cuidarse parece razonable solo cuando el problema es evidente. Mientras todo funcione, invertir tiempo y dinero en prevención nos suena excesivo o incluso insignificante.

 

Ese sesgo asoma, por ejemplo, en la medicina estética. Muchas personas consultan a un cirujano plástico solo cuando un rasgo les causa complejo, en vez de hacerlo de forma planificada para fortalecer su bienestar.

 

Los procedimientos estéticos deberían considerarse menos como un recurso de último minuto y más como una herramienta para cultivar la autoestima y mirarse al espejo con aprobación antes de que la autopercepción empiece a deteriorarse.

 

La salud mental: la gran olvidada

 

Quizá uno de los casos más claros lo vemos en la salud mental. Ignoramos el estrés, la ansiedad o la tristeza persistente sin abordar el problema. Hasta que llega una crisis. En lugar de trabajar el autocuidado emocional y la prevención, buscamos ayuda cuando ya no podemos más.

Acudir a especialistas como psicólogos Cáceres puede ser de gran ayuda para gestionar emociones y prevenir trastornos. Pero muchas veces la visita al psicólogo solo se hace cuando sentimos que estamos “tocando fondo”.

 

El valor de la prevención

 

Sería muy práctico y necesario un cambio de mentalidad. El cuerpo y la mente prosperan con un mantenimiento regular. Hay una serie de rutinas saludables que podríamos incorporar a nuestra vida:

 

  • Concertar una cita con el dentista al menos dos veces al año para chequeos.

  • Realizar un test de audición una vez alcanzada cierta edad.

  • Hidratar la piel y usar un tratamiento estético de forma planificada.

  • Revisar el estado emocional acudiendo al psicólogo, aunque externamente todo parezca en orden.

Todas estas acciones requieren únicamente cierta constancia y voluntad a largo plazo. Atenderte antes que surja el problema trae paz, confianza y una vida de mejor calidad. Al desviar inconvenientes mayores, el día a día se siente menos apresurado, menos doloroso y mucho más llevadero.

 

No esperes a sentirte solo, triste o sin energía para buscar apoyo. No aguantes un dolor de muelas toda la noche para recordar que debías ir al dentista. Las revisiones periódicas y el cuidado emocional son hábitos que protegen tu bienestar antes que los problemas crezcan y sean difíciles de abordar.

 

Empieza hoy

 

La próxima vez que pienses “no es tan grave, puedo postergarlo”, recuerda que cada pequeño gesto preventivo te acerca a una vida más plena. Busca un profesional de confianza como dentistas, audioprotesistas, cirujanos plásticos o psicólogos, infórmate y, sobre todo, actúa antes de que sea demasiado tarde. Porque cuidarse solo tras una crisis no es suficiente: te lo mereces siempre.


 

AD_4nXf1FJ47FNkCC9Jg7bJABMVLLa9e0TACgekyGUJTxyI9MIyQpq_kC_kCCw0dq4d2tvybPSy3gs-Y7nSTZfEtMbMzj5MQOQUDPCjzdD0J-coCUhe6XipTV8LRFyyGOnmMq1eyzDqx?key=-_nu8CAL-e1N0GExlKYsIgFuente: envato.com 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.