Gecen alerta de la muerte en carretera de dos tejones en tres días en Todolella y El Desert de les Palmes

La mortalidad de vertebrados terrestres en carretera es uno de los problemas más importantes que afecta y compromete la continuidad de las poblaciones.
La muerte de estos dos tejones en Saranyana (Todolella) y el vial Cabanes-Oropesa (CV-148) la semana pasada, que no es más que la punta del iceberg de lo que realmente ocurre, señala la necesidad de no ignorar estos hechos y establecer cuantas medidas sean necesarias para disminuir dichas muertes y minimizar en lo posible la afección de las carreteras sobre la fauna.
La asociación ha remitido de forma sistemática a la Conselleria en estos últimos años información sobre la mortalidad de vertebrados en la CV-10 y también en la carretera del Desert, planteando medidas correctoras. Además de buenas palabras no se ha iniciado acción alguna encaminada a corregir en lo posible dicha mortalidad.
Esto demuestra que no se ha realizado trabajo o acción alguna por la Conselleria, ni tan siquiera la detección de los puntos negros, y mucho menos en medidas para reducir el número de atropellos.
Entre éstas últimas destacan los especialistas la construcción para la fauna de pasos elevados; pasos inferiores o subterráneos; carreteras con tramos subterráneos o elevados; vallas y barreras; túneles y barreras para anfibios; reducción de la velocidad en los puntos negros, sobre todo bajo determinadas condiciones climáticas; señales e indicadores de tráfico; actuaciones sobre la estructura de la vegetación en los márgenes de las carreteras; concienciación pública; etc. Pero destacamos en toda esta problemática dos cuestiones que, a juicio de la asociación, son fundamentales como así también indican los análisis y estudios realizados: la necesidad de mejorar los estudios de impacto ambiental de forma que se ajusten a criterios reales y no a simulaciones informáticas de despacho y evitar la construcción de nuevos trazados, nuevas carreteras, si no es estrictamente necesario. Es preferible reordenar el tráfico o desdoblar las carreteras existentes.
Una mayor densidad vial conlleva descensos importantes de la densidad de ciertas especies animales por lo que, en todo caso, de llevarse a cabo nuevos trazados se deben respetar siempre las zonas protegidas, incluyendo por supuesto la Red Natura 2000, y dejar grandes áreas sin red vial.