Iñigo García Ureta ofreció en Castellón su charla "Lo que la universidad no enseña: 10 lecciones para la vida"

Iñigo García Ureta ha visitado la Fundación Caja Castellón para explicar a los castellonenses qué es lo que no se aprende en las  aulas. En su charla-coloquio “Lo que la Universidad no enseña: claves para la vida”  ha venido a decir que “las lecciones no se saben hasta que las aplicas, que el no saber a dónde vas es un punto de partida igual válido que cualquier otro, que reírte de ti mismo es la mejor manera de aprender. Apliquemos el dicho de “la universidad de la calle”, el papel de la experiencia frente a lo teórico”.

Afirmó también que “lo que nadie te dirá es que la inmensa mayoría de los profesionales estamos muy asustados porque lo que parecía importante hoy parece no tener ningún sentido. Tengo la teoría de que la imagen muestra pero la palabra explica, y parece que ya nadie quiere que le expliquen, solo quieren ver cosas, así nos luce el pelo por otra parte. Pero hay que perderle el miedo a hacer cosas. Es mejor ser un mediocre que hace que un perfecto que nunca ha hecho nada”.

Para reforzar estos argumentos García Ureta presentó los ejemplos de relevantes figuras de todos los ámbitos, desde presidentes de los EE.UU. hasta periodistas galardonados con el Premio Pulitzer; desde actores de Hollywood o científicos que tienen un Nobel, hasta gente que ha sabido encauzar su vida de la mejor manera posible, que tuvo que enfrentarse al fracaso y debió aprender desde la infancia que debería ganárselo todo a pulso. Estas personas son ejemplos perfectos de todo aquello que la vida parece requerir y que no siempre la teoría nos enseña. Sin embargo, estas personas no son solo ejemplos de trabajo. Sus vidas tienen que ver con la experiencia vital: con saber qué busca uno, cómo lograrlo, cómo superar las dificultades y relacionarse con el mundo.

Una oportunidad interesante para conocer algunas de las claves para aprender a enfrentarnos a la incertidumbre y la indecisión y para aprender a disfrutar el tiempo sin olvidar que un día la vida acaba.