Otra mirada
Donde el teatro se volvió trinchera: Teatro Bárbaro, la permanencia como acto de resistencia
![[Img #105436]](http://el7set.es/upload/images/05_2025/9731_filos.jpg)
Desde la distancia y con el corazón un poco en otra parte, volví a buscar a Teatro Bárbaro. Años atrás, fui testigo directo de sus primeras puestas, cuando el Subterráneo era más que un foro: era un refugio en medio de una ciudad herida, una catacumba donde el teatro se hacía contra el miedo, la indiferencia y la violencia.
Hoy, al reencontrarme con su página web, no solo me asombra su crecimiento —su espacio, su proyección internacional, su repertorio— sino algo mucho más difícil de lograr: su permanencia. En un país y una ciudad donde sostener un proyecto independiente ya es un acto de valentía, mantenerse fieles a una visión crítica, poética y profundamente humana es, sencillamente, un acto de resistencia.
En su manifiesto late la misma urgencia que me conmovió hace años: el deseo de transformar la realidad a través del escenario, de invocar al espectador no como un testigo pasivo, sino como alguien interpelado.
Recordé entonces obras como La luz de las ausencias, Voces en el umbral, Arrullos para Benjamín, Andares, Derivas, La fe de los cerdos, Filos, Table Dance, Proyecto Zombie, El cielo y el dolor, Yo tenía un Ricardo… todas, a su modo, heridas abiertas; miradas sin evasivas a los grandes temas que nos atraviesan: la violencia, la migración, la infancia, el aislamiento, el cuerpo, la memoria.
Lo más conmovedor de Teatro Bárbaro es que nunca ha traicionado su raíz: aquella catarsis inicial en un foro de 6x4 metros, cuando ensayar de noche era jugarse la vida. Aquella rabia, aquella claridad de propósito no se diluyó con los años: se transformó, creció, se volvió infraestructura, programación, formación. Pero no se perdió.
Volver a saber de ellos fue también un espejo. Uno en el que me vi, años atrás, escribiendo con entusiasmo sobre sus propuestas. Hoy escribo desde otro país, desde otra vida, pero con la certeza intacta de que el arte que vale la pena es aquel que incomoda, conmueve y convoca. Y en eso, Teatro Bárbaro sigue siendo fiel a su nombre: bárbaro por su fuerza, por su libertad, por su obstinada necesidad de nombrar lo que duele.
En tiempos donde tanto se diluye en la fugacidad de las redes y el mercado cultural, encontrar un proyecto que ha elegido ser asamblea, comunidad, grieta y pregunta, es una alegría inesperada. Desde lejos, solo puedo agradecer que sigan ahí, encendidos, ensayando a contraluz, habitando esa trinchera escénica con la misma convicción que los vio nacer.
Y confieso que me emocionó profundamente ver que siguen ahí, con nuevas voces, nuevos montajes, pero con la misma brújula. Que el eco de lo que viví y escribí hace años no se perdió, sino que forma parte de una corriente mayor. Ellos, con sus cuerpos en escena, y yo, con mis palabras a la distancia, seguimos conectados por ese mismo deseo de imaginar un mundo distinto. A veces uno se aleja, pero ciertas historias —y ciertas compañías— se te quedan tatuadas. Teatro Bárbaro es una de ellas. Porque hay compañías que hacen teatro. Y hay otras que hacen historia.
![[Img #105435]](http://el7set.es/upload/images/05_2025/5084_la-fe.jpg)
“Andares”, un viaje por las mil voces de un mismo pueblo
http://el7set.es/archive/32112/andares-un-viaje-por-las-mil-voces-de-un-mismo-pueblo
La obra Derivas de Raúl Valles pone a una sociedad culpable ante el espejo de las desapariciones
Strongylus salva el planeta con el poder de la risa
http://el7set.es/archive/31920/strongylus-salva-el-planeta-con-el-poder-de-la-risa
Aprender a abrazar el teatro desde la primera infancia
http://el7set.es/archive/31919/aprender-a-abrazar-el-teatro-desde-la-primera-infancia
La ausencia a través de los ojos de un niño
http://el7set.es/archive/31900/la-ausencia-a-traves-de-los-ojos-de-un-nino
“Andares”, un viaje por las mil voces de un mismo pueblo
http://el7set.es/archive/32112/andares-un-viaje-por-las-mil-voces-de-un-mismo-pueblo
“La luz de las ausencias”, una crónica sobre los olvidados por la sociedad
La compañía Danzarena trasciende las fronteras del activismo para denunciar el drama de la migración
Volver a “Filos”
http://el7set.es/archive/32587/volver-a-filos
Proyecto Zombie, una parábola sobre la alienación y el aislamiento de las nuevas tecnologías
Voces en el umbral, los fantasmas después de una colisión de mundos
http://el7set.es/archive/33296/voces-en-el-umbral-los-fantasmas-despues-de-una-colision-de-mundos
Desorden público”, una reflexión sobre el aislamiento y el ocaso de la empatía
Musth ¿testosterona = violencia?, inseguridades, miedos, sexualidad y agresión
Vuelve “La fe de los cerdos” a Teatro Bárbaro, vuelve Teatro Bárbaro a “La fe de los cerdos”
“El cielo y el dolor”, una huida hacia el amor en tiempos de la migración
El Colectivo Racún explora la conexión universal de aquello que nos une en “Común Denominador”
Desde la distancia y con el corazón un poco en otra parte, volví a buscar a Teatro Bárbaro. Años atrás, fui testigo directo de sus primeras puestas, cuando el Subterráneo era más que un foro: era un refugio en medio de una ciudad herida, una catacumba donde el teatro se hacía contra el miedo, la indiferencia y la violencia.
Hoy, al reencontrarme con su página web, no solo me asombra su crecimiento —su espacio, su proyección internacional, su repertorio— sino algo mucho más difícil de lograr: su permanencia. En un país y una ciudad donde sostener un proyecto independiente ya es un acto de valentía, mantenerse fieles a una visión crítica, poética y profundamente humana es, sencillamente, un acto de resistencia.
En su manifiesto late la misma urgencia que me conmovió hace años: el deseo de transformar la realidad a través del escenario, de invocar al espectador no como un testigo pasivo, sino como alguien interpelado.
Recordé entonces obras como La luz de las ausencias, Voces en el umbral, Arrullos para Benjamín, Andares, Derivas, La fe de los cerdos, Filos, Table Dance, Proyecto Zombie, El cielo y el dolor, Yo tenía un Ricardo… todas, a su modo, heridas abiertas; miradas sin evasivas a los grandes temas que nos atraviesan: la violencia, la migración, la infancia, el aislamiento, el cuerpo, la memoria.
Lo más conmovedor de Teatro Bárbaro es que nunca ha traicionado su raíz: aquella catarsis inicial en un foro de 6x4 metros, cuando ensayar de noche era jugarse la vida. Aquella rabia, aquella claridad de propósito no se diluyó con los años: se transformó, creció, se volvió infraestructura, programación, formación. Pero no se perdió.
Volver a saber de ellos fue también un espejo. Uno en el que me vi, años atrás, escribiendo con entusiasmo sobre sus propuestas. Hoy escribo desde otro país, desde otra vida, pero con la certeza intacta de que el arte que vale la pena es aquel que incomoda, conmueve y convoca. Y en eso, Teatro Bárbaro sigue siendo fiel a su nombre: bárbaro por su fuerza, por su libertad, por su obstinada necesidad de nombrar lo que duele.
En tiempos donde tanto se diluye en la fugacidad de las redes y el mercado cultural, encontrar un proyecto que ha elegido ser asamblea, comunidad, grieta y pregunta, es una alegría inesperada. Desde lejos, solo puedo agradecer que sigan ahí, encendidos, ensayando a contraluz, habitando esa trinchera escénica con la misma convicción que los vio nacer.
Y confieso que me emocionó profundamente ver que siguen ahí, con nuevas voces, nuevos montajes, pero con la misma brújula. Que el eco de lo que viví y escribí hace años no se perdió, sino que forma parte de una corriente mayor. Ellos, con sus cuerpos en escena, y yo, con mis palabras a la distancia, seguimos conectados por ese mismo deseo de imaginar un mundo distinto. A veces uno se aleja, pero ciertas historias —y ciertas compañías— se te quedan tatuadas. Teatro Bárbaro es una de ellas. Porque hay compañías que hacen teatro. Y hay otras que hacen historia.
“Andares”, un viaje por las mil voces de un mismo pueblo
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http://el7set.es/archive/31919/aprender-a-abrazar-el-teatro-desde-la-primera-infancia
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http://el7set.es/archive/31900/la-ausencia-a-traves-de-los-ojos-de-un-nino
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Volver a “Filos”
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